lunes, 18 de noviembre de 2019

Esta vez... con orientación a la producción

Esta vez... con orientación a la producción


Por Lic. Guillermo Moreno, Lic. Sergio Carbonetto



La implementación de un Modelo de Desarrollo Económico, Permanente y Sustentable (MoDEPyS) en nuestro país, debe obligatoriamente orientarse a la producción.

De esta manera, pueden superarse los constantes procesos de "stop and go" (parar y seguir), al que estuvo sometida la economía argentina en las últimas décadas.

La inversión1, como ya hemos señalado en nuestro artículo del 27/10/2019 2, permite expandir la frontera de producción, ampliando la dotación de bienes y servicios (en cantidad y precios adecuados) generados localmente.

Por consiguiente, esta variable pasa a ser un vector determinante y el quantum que alcance define las posibilidades y la dinámica del modelo en cuestión.

Ahora bien, ¿qué motiva la inversión?, su respuesta ha sido (y sigue siendo), objeto de intenso debate al interior de la disciplina económica.

La profusa literatura sobre la temática tiende a identificar como determinantes, en el caso del sector privado, entre otros a los siguientes factores:


  • afán de lucro (incrementar la tasa de ganancia del capital empleado);
  • la búsqueda del bien común (a partir de la generación de puestos de trabajo);
  • el "espíritu animal", decididamente ligado "al hacer" desde los impulsos.

Si bien no es objeto del presente artículo abundar en este debate, sí lo es desentrañar algunos elementos clave que permitan generar un entorno favorable, que habilite a que alguno de los disparadores ut supra mencionados se objetiven.

La inversión y su contexto

Los equilibrios macroeconómicos básicos, tanto el fiscal como el externo, abonan un entorno "amigable" para la inversión, pero también es cierto que después de producida puede afectar el balance alcanzado3, requiriendo por lo tanto de una cierta planificación ex ante.

En este marco, también es relevante que la señal de precios de los bienes y servicios comercializados en el mercado se transforme en un indicador esencial para la asignación de recursos, ya que la diferencia entre el precio de venta (PV) y los costos totales (CT) definen la tasa de ganancia (TG) del proyecto.

Dentro de los CT, el nivel de la tasa de interés reali4 es concluyente, ya que define "el costo de oportunidad" de capital aplicado.

Para señalar esta relevancia, se diseñó un gráfico donde se representa la relación entre la tasa de interés real (en las ordenadas, eje vertical) y la inversión total5 (en las abscisas, eje horizontal).

La pendiente (inclinación) responde al "estado del arte" tecnológico y la productividad media sistémica de la economía.

Mejoras tecnológicas impactan en la productividad y reducen la pendiente de la función (I2 a I3) habilitando que, a la misma tasa de interés, la inversión sea mayor (i2 a i3).

La situación contraria también puede ocurrir. Un deterioro tecnológico con su consecuente caída de productividad, a una tasa de interés dada, por incremento de CT6, reduce la inversión (por supuesto que, al generalizarse este efecto, acarrea fuertes caídas de la producción y aumento del desempleo).

En tanto el desplazamiento de la función de I1 a I2, señala los efectos que producen las diversas políticas amigables (expansión del mercado interno o externo, instrumentos que faciliten la resolución rápida y ordenada de conflictos sectoriales, acceso rápido a la información, medidas fiscales, etc.) con la inversión.

En este último caso, la política monetaria que define de la tasa de interés, es indiferente al volumen de inversión.

Del 25 al 27

Con una tasa de inversión del 25% al 27% anual, como porcentaje del Producto Interno Bruto -PIB-, (dada la relación capital/producto -K/P- estimada en 3/1), la economía argentina podría crecer a una tasa promedio anual del 7,5%.

En una proyección a 15 años (entre 2020 y 2035), el PIB más que se duplicaría, pasando de los aproximadamente U$S400 mil millones actuales a unos U$S1.2 billones, al fin del período proyectado.

Considerando que en la actualidad la población de la Argentina asciende a casi 45 millones y que las proyecciones oficiales estiman que para 2035 los habitantes serían unos 51,2 millones de personas, el PIB per cápita (PIBpc) pasaría de circa U$S8.900 de la actualidad, a unos U$S23.400 hacia el final del período7.

Con estos valores, se alcanzarían niveles similares a los que hoy presentan, en términos de PIBpc, los países de mediano desarrollo de la economía europea, o al de México en cuanto al volumen de PIB.

A lo largo de su devenir económico, nuestro país ha experimentado más de una década ganada.

Ha llegado la hora de ir en la búsqueda de un quindenio. ¡No hay tiempo que perder!

1-El término se refiere a aquellos flujos que, en el transcurso del periodo económico de referencia, se utilizan para ampliar o sostener la capacidad productiva.

2- “La Inversión y el Modelo de Desarrollo Económico” (BAE Negocios).

3-Nos referimos en particular al equilibrio en la Cuenta Corriente de la Balanza de Pago. La Inversión Extranjera Directa (IED) puede ser destinada a proyectos que: estén vinculados únicamente al mercado externo, al interno, o a una combinatoria entre ambos. En función de ello será dispar el impacto sobre el sector externo.

4- Se define Tasa de Interés Real a aquella que resulta de netear la Inflación de la Tasa de Interés Nominal.

5-Nos referimos tanto a la inversión privada (nacional o internacional) como a la pública (nacional, provincial o municipal).

6-El aumento del CT se da por la mayor participación de los Costos Fijos por unidad producida.

7-Los valores estimados están sujetos a la alta variabilidad que presenta el tipo de cambio en la economía argentina.

*MM y Asociados


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