lunes, 21 de octubre de 2019

La inversión y el modelo de desarrollo económico

La inversión y el modelo de desarrollo económico

Por Lic. Guillermo Moreno, Lic. Sergio Carbonetto


La implementación de un Modelo de Desarrollo Económico, Permanente y Sustentable (MoDEPyS), objetivo imprescindible de la próxima administración gubernamental, enfrenta restricciones tanto:


  • de corto plazo, donde debe resolver los desequilibrios macroeconómicos desencadenantes de la actual Supercrisis1, así como
  • de mediano plazo, donde hay que culminar con los recurrentes ciclos que enfrenta la economía argentina de Stop and go (parar y seguir).

Ahora bien, en este marco, hay que prestar la debida atención a la variable inversión, ya que es la única que permite expandir la frontera de producción, y cumple un papel clave, resolviendo (dados los correctos incentivos de mercado) la restricción externa2.

La inversión como demanda3

Iniciado el primer impulso reactivador, las empresas alimentan el proceso a través de la inversión y sus dos elementos constitutivos:

la variación positiva de stocks, ya que todo flujo de ventas tiene armonizado el necesario stock para abastecerla, (cuando se incrementan los "pedidos", también es necesario aumentar las existencias que permitan satisfacerlos), y
el incremento de la dotación física de capital, dado que, ante la señal de permanencia del impulso de la demanda, las decisiones empresariales van a ser las de generar los mecanismos que permitan ampliar la dotación de personal y la capacidad de producción, estoqueo, logística, I&D, etc., a fin de responder al plus de demanda. Mientras tanto, la inversión funge demandando los bienes y servicios en el mercado para su realización.
La inversión como oferta
Culminado el proceso de la "puesta en valor" de la inversión, esta amplió la capacidad productiva de una empresa y, en el agregado, la "frontera de producción" del conjunto de la economía.

En el gráfico se observa con precisión dicho fenómeno.

Para su correcta interpretación es necesario describir sucintamente su diseño.

En el eje de las ordenadas (vertical) se representan las cantidades demandadas del conjunto de la economía y en el de las abscisas (horizontal) las ofertadas. La recta a 45° (bisectriz) con origen en 0 muestra los puntos en los que se alcanza la igualdad entre oferta y demanda.

En el punto E1 se observa claramente que la oferta está distanciada del producto potencial, encontrándose factores de la producción ociosos (subutilización de la fuerza de trabajo y de la capacidad instalada de la dotación de capital fijo).

Como habíamos mencionado ut supra, se produce un primer impulso reactivador, (a partir de la baja relativa de los precios de los alimentos vis a vis los ingresos populares), eso modifica la pendiente (inclinación) de la curva de demanda, intersectando a la de la oferta en el punto E2, donde ya se absorbió la capacidad instalada vigente hasta ese momento. Cuando esto ocurre, la inversión se objetiva y amplía la capacidad instalada incrementando la oferta.

Esta situación se visualiza en el nuevo producto potencial (PP2).

La mejora en la utilización de la fuerza de trabajo que este proceso genera, incrementa la masa salarial y, con ello, la demanda generándose un nuevo punto de equilibrio en E3.

En síntesis, el nuevo producto potencial se alcanza por el "espíritu inversor" que anida en los empresarios pero también por las condiciones macroeconómicas que estimulan que aquel aflore.

Esta vez el "modelo" se debe orientar a la producción

El Nuevo Orden Internacional (NOI) presenta condiciones distintas a las del surgido del Consenso de Washington, por la creciente profusión de medidas de administración de comercio.

El rol de la Organización Mundial de Comercio ( OMC) como rector de los flujos internacionales de bienes y servicios, está puesto en duda.

A su vez, la revolución energética norteamericanaiv ha disminuido considerablemente los costos primos de las manufacturas a escala global.

Ante este nuevo contexto, la potencialidad de equilibrar la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos a través "de una devaluación" ha disminuido sensiblemente respecto del pasado reciente.

Por lo tanto, la exigencia de "ganancia de competitividad" del aparato productivo está centrada en el flujo inversor que desde el primer minuto del nuevo gobierno debe ser la "tea votiva" que guíe su accionar.

De un correcto diagnóstico se deriva una sensata solución.

Alcanzarla es también el desafío de la administración entrante.


1-Dicha Supercrisis es la conjunción en tiempo y lugar de los desequilibrios macroeconómicos de magnitudes iguales o superiores a los que, en términos fiscales hicieron colapsar el gobierno de Alfonsín y en los del sector externo, que culminaron con la renuncia de De La Rúa.

2- Restricción externa: se produce por la generación insuficiente de divisas cuando se acelera la tasa de crecimiento de la economía. Como señalaba un estimado colega y referente de nuestra disciplina, el Dr. Eduardo Curia, la inversión es el único componente de la ecuación macroeconómica básica que tiene un doble comportamiento, es demanda y oferta.

3- Denominamos así, al comienzo de la explotación comercial, del shale gas y oil, que se produjo en los Estados Unidos de Norteamérica, a partir de 2010. Ello generó una sustantiva disminución del precio de la energía fósil. Dada la ganancia de productividad que, por lo descripto obtuvo la economía de ese país, es que caracterizamos el proceso como Revolución Energética.

*MM y Asociados


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