lunes, 3 de septiembre de 2018

¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?

¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?



Por Lic. Guillermo Moreno*
Lic. Norberto Itzcovich*
Dr. Claudio Comari*






Perseguido por el monstruo que creó, la alianza Cambiemos continúa su corta huida hacia adelante, a pura negación.

El muy breve anuncio presidencial del miércoles pasado, con los bucólicos jardines de Olivos como escenografía, pretendió disipar las dudas tanto sobre la capacidad de pago de los vencimientos del stock de deuda externa contraída (amortización del principal), como del financiamiento del flujo deficitario que se origina en la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos (CC). Y, colateralmente, intentó detener el proceso de dolarización, tanto de las carteras de inversión de las empresas, como así también del ahorro de las familias.

En general, en el plan financiero anual elaborado por el poder ejecutivo, se presupone que sobre las acreencias de capital se efectúa un rollover (renovación) periódico. Por el contrario, en un escenario como el actual, con mercados externos de financiamiento cerrados, el prestamista niega el revolving y solicita, no sólo los intereses, sino también el capital invertido.

A esta situación nos condujo el oficialismo con su proverbial soberbia, desechando los sanos consejos de algunos veteranos economistas que, conocedores del carácter bimonetario de la Argentina, supieron recomendar:

"nunca te quedes sin dólares", siempre vendele al mundo más de lo que comprás (superávit o equilibrio externo), y
"nunca te quedes sin pesos", siempre recaudá más de los que gastás (superávit o equilibrio fiscal),
instalando así el escenario que fuimos anticipando, la Supercrisis.

De los dos vectores que la componen, centraremos la mirada sobre el defecto en la generación de dólares en el sector externo, lo que convirtió a algunos funcionarios del oficialismo en

"Mangueros doctoraos"


Aclarando lo obvio, el BCRA no emite dólares sino pesos. Por lo cual, la única manera que tiene la economía nacional de conseguir divisas, en un contexto que inhibe nuevas inversiones externas, es lograr superávits en la balanza comercial (exportaciones menos importaciones de bienes) y/o en la de servicios (turismo, royalties, seguros, fletes, etc.), ya que el ítem correspondiente a renta de la inversión (pagos y cobros de intereses de deuda) es siempre negativo.

Sin embargo, al no lograr revertir el saldo comercial deficitario, ni tampoco equilibrar el resultado de la CC, como se observa en el gráfico, los dólares siguen escaseando.

Si desagregamos este resultado:

El saldo comercial girará en torno a los u$s8.000 millones, a pesar de la devaluación que desincentiva las importaciones,
La balanza de servicios alcanzará un resultado negativo de alrededor de u$s4.000 millones, y
El ítem renta de la inversión presentará un rojo de, aproximadamente, u$s13.000 millones.
En síntesis, la gestión del actual oficialismo se caracteriza por presentar un persistente déficit en el saldo de la CC.

Blanco sobre negro, números rojos


Afirmamos oportunamente, que el objetivo del acuerdo al que arribó el gobierno con el FMI era el de disminuir la exposición del sistema financiero internacional por los prestamos oportunamente otorgados, simplemente reemplazando un acreedor (banca privada extranjera) por otro (organismo multilateral) y que el auxilio era tardío e insuficiente.

Restando cuatro meses para la finalización del año, y a pesar de su calamitoso funcionamiento, la economía aun demandará cerca de u$s8.300 millones6 para su operación diaria.

A ello deben agregarse otros u$s12.000 millones, producto de la dolarización de las empresas y familias, ut supra señalado.

Y a su vez, a estos dos montos se le debe adicionar un tercero, también de u$s12.000 millones, correspondiente a la amortización del capital que los prestamistas extranjeros no renovarán.

La suma de estos tres ítems alcanza los u$s32.300 millones.

Las reservas del BCRA, actualmente rondan los u$s54.000 millones, restando ingresar las dos transferencias pendientes del FMI por u$s6.000 millones.

A este activo del BCRA se le irán descontando, durante el último cuatrimestre, los u$s32.300 millones mencionados, con lo que restarían u$s27.700 millones de reservas potencialmente utilizables al final del ciclo mencionado.

Ahora bien, de ellas, casi u$s13.000 millones corresponden a encajes de los depósitos en moneda extranjera de los particulares. Otro monto similar concierne al pase de monedas acordado con la República Popular China (swap), el cual requiere de una negociación previa a su posible conversión a dólares. Por último, es impensable que las reservas queden en cero, dado que siempre debe preservarse, al menos, un monto equivalente a un mes y medio de importaciones (alrededor de u$s9.000 millones) por si fuera necesario, en el límite, pagarlas al contado.

Las cuentas quedan claras, y el panorama bien oscuro.


En consecuencia, el proceso de incremento del valor del dólar en el mercado doméstico, que se viene verificando desde el pasado mes de abril, no es más que el reflejo de una simple cuestión matemática. Cuando en una división el denominador (las reservas) tiende a cero, el cociente (el tipo de cambio) tiende a infinito.

Inflamando la gravedad del panorama, al desequilibrio del sector externo, debe agregársele el fiscal. La persistencia de crecientes tasas de interés, para tratar de contrarrestar sin éxito la mencionada dolarización, provoca una notable caída en la actividad económica y, en consecuencia, en la recaudación, por lo que cualquier intención de achicar el gasto del sector público corre de atrás a la pérdida de sus ingresos.

Queda claro que el esquema Ponzi, una pretendida cadena de felicidad basada en el endeudamiento externo permanente, se agotó.

Es imprescindible que el conjunto de las fuerzas políticas tome debida nota de que el problema de la escasez de dólares se objetiva en el año en curso, y que, en este marco, el 2019 es muy largo plazo

1 Se considera Deuda Externa a aquella contraída en moneda extranjera con independencia de la residencia del tenedor del título.

2 Si bien la Balanza de Pagos consta de tres cuentas, dado que actualmente los mercados internacionales se encuentran cerrados para nuestro país, el análisis debe enfocarse principalmente en una de ellas, la Cuenta Corriente (CC).

3 En lugar de ahorro, sería atesoramiento en el caso de que los dólares adquiridos no se mantengan en el sistema bancario.

4 BAE Negocios, Demasiado tarde para lágrimas, 18/6/18.

5 Los u$s21.000 millones aportados por el FMI este año (los u$s15.000 millones recibidos en junio, más los u$s6.000 que ingresarían en setiembre y diciembre), descontando los u$s7.500 millones que se dispusieron para refuerzo fiscal, y lo que el fondo monetario autorizó a utilizar para cuestiones de índole social, coinciden con las necesidades que surgen de los vencimientos del principal, mencionado arriba (u$s12.000 millones).

6 Esta cifra surge de realizar una distribución proporcional del déficit anual proyectado de la CC, de u$s25.000 millones.

*MM y Asociados


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