lunes, 26 de agosto de 2019

¿Transitando hacia la anomia?

¿Transitando hacia la anomia?


Por Lic. Guillermo Moreno, Dr. Claudio Comari, Lic. Norberto Itzcovich

Con la supercrisis adquiriendo ritmo de vértigo por las magnitudes alcanzadas en los desequilibrios fiscal y externo, el Gobierno trata de apagar el incendio que provocó. Pero, apelando a sus habituales dosis de impericia e improvisación, arroja agua mezclada con aceite.

Con la escasa adhesión política que le resta escurriéndosele entre los dedos, el oficialismo avanza en la dirección que amenaza en derivar en un colapso institucional.

Hace más de un año, en el artículo "Ay Patria mía" 1, advertíamos que nuestro país transitaba un camino que, desde la Supercrisis y vacío de poder político mediante, podía derivar en una Hipercrisis que no es otra cosa que el funcionamiento anómico del "todo social".

En la actual coyuntura, dicha situación límite se está materializando. El gobierno actual se acabó, pero no se ha ido, y el que le sigue no ha sido aún legalmente elegido.

Buscar los equilibrios macroeconómicos es inequívoca responsabilidad de las autoridades, pero, aun bajo el audaz supuesto de que quisieran y supieran cómo hacerlo, ya no pueden. Por lo tanto, esa tarea debe ser completada por el conjunto de los sistemas institucionales, gubernamentales o no, asumiendo un cometido que no admite ser diferido.

La última milla

Mucho antes del acto eleccionario, se vislumbraba que bajar el Déficit Fiscal Total (DFT)2 mediante la disminución del gasto público, propuesta que el oficialismo acordó con el FMI, resultaría de imposible cumplimiento en el entorno de una economía recesiva.

A tal punto, que durante los primeros siete meses del año se verificó una pérdida interanual de recaudación, en términos reales, que se hubiera visto agravada de no ser por las modificaciones del régimen de retenciones y la tasa de estadística. La merma refleja claramente el menor nivel de actividad económica, siendo el porcentaje de caída de la recaudación mayor que el que se registra en el gasto público.

Por su parte, al capitalizarse la tasa de interés de niveles estrafalarios, la "bomba" de las Leliq siguió creciendo ($1.274 billones al 6/8/19) hasta prácticamente equiparar la base monetaria ($1.350 billones a la misma fecha), lo que implicaba la continuidad de la tendencia creciente del ya desmesurado déficit cuasifiscal.

En síntesis, en ese período, el DFT no sólo no se redujo, sino que se incrementó notablemente.

En simultáneo, el circunstancial saldo positivo de la Balanza Comercial, edificado sobre la caída de las importaciones producto de la recesión, resultaba insuficiente para compensar el negativo en el resto de los rubros que integran la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos.

En ese contexto de desequilibrios macroeconómicos extremos, tanto del sector fiscal como del externo, llegaron las PASO.

A tontas y a locas

Las medidas implementadas post elecciones no hacen más que agudizar esas inconsistencias, mostrando la desesperación del oficialismo, que parecería estar actuando en estado de "emoción violenta"3.

En materia fiscal, el incremento del gasto no se corresponde con uno equivalente de los ingresos y, dado a su vez que algunas de aquellas repercuten en los recursos coparticipables, los gobernadores alertaron sobre tal situación.

Curiosamente, el flamante Ministro de Hacienda sostuvo en su discurso de asunción que el proceso inflacionario beneficia las arcas del Tesoro, violentando los principios básicos de la disciplina económica.

En efecto, el costo fiscal, calculado por el gobierno, alcanza aproximadamente los $40.000 millones, pero allí se incluye sólo la primera parte del paquete (suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, pago extra a empleados estatales y a beneficiarios de la AUH, facilidades impositivas para las PYMES, subsidios para los aportes personales, etc.). Posteriormente, las autoridades anunciaron otras medidas complementarias, entre ellas la suspensión del IVA para 24 alimentos básicos hasta fin de año.

En tanto, en términos externos, a la imposibilidad de equilibrar el flujo de la Cuenta Corriente, se le adicionan ahora los problemas en la Cuenta Capital5 (incluso con la duda sobre la efectivización del próximo desembolso del FMI de más de US$5.000 millones) dado que los principales de la deuda que van venciendo, no son renovados por los acreedores.

Estas perspectivas llevaron a la espiralización del riesgo país y la consiguiente baja, por parte de dos calificadoras internacionales, de los bonos argentinos casi a niveles de default.

Hagamos piso

Queda claro que el actual diseño del sistema electoral ha provocado un vacío de poder, tan insólito como peligroso, en las cruciales instancias que atravesamos.

La Supercrisis, largamente advertida, requiere de correcciones en la macroeconomía de extrema complejidad técnica y también política ya que, al tiempo que resulta imprescindible proteger los intereses de los sectores populares, se debe:


  • detener y revertir el proceso de dolarización de las carteras de inversión,
  • equilibrar la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos y,
  • alcanzar el equilibrio fiscal mejorando los ingresos, preservando de esta manera los aportes del FMI.

Para ello, los espacios políticos, las instituciones de gobierno de todos los niveles y el conjunto de organizaciones representativas del quehacer nacional, deben preparar este plan de contingencia, así como ofrecer a sus mejores cuadros para ejecutarlo.

Sería muy injusto endilgarle semejante peso exclusivamente al próximo gobierno electo, al tiempo que también desatinado, ya que se lo sometería innecesariamente a un desgaste político prematuro.

Es indispensable una transición, desde el descalabro actual hacia los imprescindibles equilibrios macroeconómicos, a fin de que la nueva administración pueda iniciar la reconstrucción del aparato productivo argentino.

La anunciada convocatoria del gobierno a los economistas de todos los espacios opositores podría convertirse en una oportunidad de ponerla en marcha.

Nota de autor: Se entiende por anomia al conjunto de situaciones que derivan en la disolución de las normas sociales.

1-BAE Negocios, 7-5-2018.

2-El DFT incluye los déficits de la Nación, provincias y municipios, así como el cuasi fiscal generado por los pasivos remunerados del BCRA, principalmente por las Leliq.

3-Para muestra, basta con mencionar el intento de congelamiento del precio del combustible, sin ningún tipo de acuerdo previo con las empresas del sector, e invocando la ley de derechos del consumidor.

4-Aquí llamamos Cuenta Capital a lo que, en el manual de Balanza de Pagos del FMI, y en algunas publicaciones oficiales, se denomina Cuenta Financiera.

*MM y Asociados

Ver en el diario

lunes, 19 de agosto de 2019

Se corrió el velo: evitemos la anomia

Se corrió el velo: evitemos la anomia


Por Lic. Guillermo Moreno, Dr. Claudio Comari, Lic. Norberto Itzcovich

Los resultados de las elecciones PASO se erigieron como un parteaguas, abriendo un tembladeral económico y político sobre la base de la endeblez de la macroeconomía, situación a la que venimos caracterizando como Supercrisis.

La gravedad de la situación económica no permite descartar impactos severos sobre el sistema institucional, toda vez que la inestabilidad del ámbito de las finanzas ampliadas no parece tener posibilidades de contención y, por el contrario, sí de espiralizarse.

El andamiaje de dispositivos sobre el que artificialmente se encorsetó la crisis de los sectores fiscal y externo, no son lo suficientemente fuertes como para seguir sosteniendo la arquitectura edificada por el Gobierno Nacional y el Fondo Monetario Internacional ( FMI).

En los próximos días se revelará con mayor nitidez el nivel de parálisis que afecta a una economía que puede quedarse "sin señales de precios". Ello hace que deba considerarse la posibilidad de eventos de desabastecimiento de distinta magnitud y duración temporal.

Como consecuencia del deterioro acelerado de las condiciones económicas, asistiremos a un serio agravamiento de la situación social, si bien no es descartable que ello provoque conflictos de significación. Siempre que se eviten situaciones de falta de alimentos, la institucionalidad política debería ayudar a darle cause a la disconformidad, canalizándola hacia la regeneración de las expectativas que supone y posibilita la instauración de un nuevo gobierno.

La situación, en síntesis, es gravísima. Los desequilibrios macroeconómicos se profundizan vertiginosamente. Los Déficits Gemelos (tanto el de la Cuenta Corriente del Balance de Pagos como el Déficit Fiscal Total) se han agudizado.

Es en este marco que se expresa la absoluta desconfianza de los tenedores de títulos soberanos, que al desprenderse de ellos inducen a la baja de su precio, elevando el nivel del riesgo país. Dicho indicador alcanzó los 1.946 puntos la semana pasada, su nivel máximo en los últimos diez años.

En igual sentido cotizaron las tasas de interés implícitas en los seguros contra default (Credit Default Swap-CDS), por el temor a que no se cumplan los compromisos internacionales asumidos.

De todos modos...los empresarios deben tomar decisiones


En este difícil contexto, la operación cotidiana de las empresas debe continuar, por lo que recomendamos extremar las precauciones y reducir toda exposición innecesaria.

Sólo motivos muy fundados, basados en meticulosos análisis, justificarían apartarse de las reglas de la cautela para aprovechar aquellas oportunidades que ofrecen suculentos premios.

El escenario presenta una alta probabilidad de que los acontecimientos deriven en un proceso de disrupción económica que requiera algún tipo de solución institucional, tal como habíamos previsto a comienzos del año, en la Matriz de Riesgos 20191.

Como seguimos...


Tanto las encuestas, como el discurso de "voceros calificados" formadores de la opinión pública, auguraban una disputa electoral reñida.

Hasta el día de la elección inclusive, el oficialismo se mostraba como una opción competitiva que, en virtud de un notorio y público acompañamiento del establishment económico podía, no sin dificultades, revalidar su predominio por cuatro años más.

Teniendo en cuenta que la aparente fortaleza política que lucía el gobierno jugó un papel importante para impedir el completo desmadre de una economía recurrentemente al borde del colapso, no llama la atención la repercusión económica derivada del cambio de la situación política.

Al descorrerse el velo que ocultaba la real gravedad de la situación, quedó en evidencia la magnitud de la Supercrisis que la Argentina enfrenta, que sólo puede ser abordada desde una perspectiva sistémica.

En ese marco, resulta imprescindible cumplir con el precepto de mantener la "empresa en marcha", tanto para los empresarios como para los trabajadores.

Y a su vez, desde la política, el oficialismo tiene que dedicarse a administrar el tiempo que le resta, causando el menor daño posible, mientras la oposición en su conjunto debe encontrar los caminos para proporcionar una alternativa que devuelva a nuestro país a sus cauces normales de funcionamiento.

Sólo así, mediante el sinérgico funcionamiento de un "todo armónico" será posible evitar la anomia2 que, como un destructivo huracán, parecería querer arrasar nuestra Patria.

1 “Primero hay que saber diagnosticar, después planificar y, al fin, gestionar los resultados (primera parte)”, BAE Negocios 24-12-18.

2 Se entiende por anomia al conjunto de situaciones que derivan en la disolución de las normas sociales.

* MM y Asociados


Ver en el diario

lunes, 12 de agosto de 2019

En el mercadeo y en las elecciones: entre lo tradicional y lo cibernético

En el mercadeo y en las elecciones: entre lo tradicional y lo cibernético


Por Lic. Guillermo Moreno, Dr. Claudio Comari, Lic. Norberto Itzcovich

La difusión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación digital ha transformado, en muy pocos años, prácticamente todas las actividades humanas.

En la agenda de estos días, sobresalen los impactos que tienen:


  • en el terreno comercial, las investigaciones abiertas en Estados Unidos sobre las empresas llamadas "gigantes tecnológicos" (o Big Tech), especialmente sobre las novedosas formas que adquiere el comercio electrónico;
  • y en el de las campañas políticas, el desarrollo del cronograma electoral vernáculo, en el que, superada la instancia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, se verificó la prevalencia de las metodologías de disputa extrañas a las tradicionales, con escasez de actos masivos y sin los usuales grandes despliegues de militantes disputando adhesiones.


Pese a lo, en apariencia, distante de los ámbitos, subyacen procesos equivalentes o análogos que vale la pena considerar, especialmente frente a la elección presidencial que podría definirse en primera vuelta.

¿Addio al laissez faire de las Big Tech?

Casi tan habitual como su presencia en la vida cotidiana de las personas, son las colisiones que las compañías Big Tech protagonizan con entidades reguladoras estatales o supranacionales.

Las novedosas transformaciones que la difusión de internet conlleva, se asocian a consecuentes dificultades de tipificaciones legales, ya sea porque podrían violentarse derechos personales o intereses colectivos en la utilización de información de los usuarios, o que debido a su vertiginosa dinámica, alguna de las compañías quede cuestionada como monopólica, o inclusive señalada como una potencial amenaza para la seguridad nacional.

Todas ellas son intrínsecas al fenómeno de la irrupción explosiva de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero aparecen nuevos conflictos basados en los efectos que desde ellas se vierten sobre actividades económicas preexistentes.

Tal es el caso de la multa varias veces millonaria que la Unión Europea impuso a la filial de Google por considerar que su buscador impedía una competencia justa en la publicidad.

En la misma dirección se inscribe la reciente iniciativa del Departamento de Justicia de los Estados Unidos contra una plataforma líder de las ventas online, abriendo una investigación respecto a su impacto sobre todo el comercio al público, tratando de determinar si se han involucrado en prácticas que han reducido la competencia, impedido la innovación o dañado a los consumidores.

¿Cadenas sin eslabones?

Las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, acusando a la compañía de haber "arruinado el comercio minorista", amplían el alcance de la investigación, señalando a las claras que la revisión lejos está de ser un mero trámite o formalidad, y que es parte de una confrontación política de fondo sobre la estructuración económica de la sociedad.

La empresa sometida a la investigación es una de las más importantes a nivel mundial, y su modelo de negocios es replicado en muchos países incluido el nuestro.

Y, en sentido estricto, el objeto de los cuestionamientos es esa relativamente novedosa forma de realizar las transacciones comerciales.

Tradicionalmente en las actividades mercantiles (distribuidores, mayoristas, minoristas y por catálogo o muestra), la fuerza de ventas funge como un elemento decisivo para la concreción de las operaciones, en tanto el factor humano, subyacente en la mediación, es la clave que convierte la potencia en acto, por lo que tamaño y cualidad del equipo de vendedores definen los resultados de la competencia entre ofertas de similar calidad y precio.

Esas relaciones interpersonales fueron, hasta no hace mucho tiempo, omnipresentes, ya sea en la actividad de los negocios de proximidad en la que el cliente ingresa al local y es atendido por los vendedores o en el modelo inverso, en el cual éstos, en la búsqueda de la transacción, realizan sus recorridos por los domicilios (comerciales o particulares) de sus potenciales compradores.

La aparición de los modelos de "autoservicio" primero y la expansión de su patrón a grandes superficies después, fueron las formas iniciales de supresión de esa relación cara a cara, complementada con los métodos indirectos de promoción e inducción de conductas de compras que constituyeron al "marketing" en una disciplina.

Especialmente en el caso de las redes de hipermercados, ello aparejó también transformaciones en las longitudes de las cadenas de comercialización, acortando a las tradicionales que iban desde fabricantes al público mediados por distribuidores, mayoristas y finalmente minoristas.

Pero aun en estos momentos, el impacto nunca resultó tan extendido como el que se ve reflejado desde la aparición de las plataformas de compras online, que no sólo difumina los límites de los eslabones intermedios, sino que elimina totalmente la interacción personal.

La intervención del gobierno estadounidense parece orientarse a limitar las posibilidades de que las modalidades electrónicas prevalezcan sobre las demás formas del comercio, a restaurar la "cadena larga" y a devolver a la negociación face to face la relevancia que otrora ostentara.

Sólo "la historia dirá" si se trata de un vano esfuerzo por acotar un proceso irreversible o, atento a la influencia mundial de los EE. UU., una señal de los tiempos por venir.

¿Política sin militantes políticos?

Desde mediados del siglo pasado, el marketing político se convirtió en uno de los protagonistas decisivos dentro de los procesos electorales.

La expansión de las TIC no podía dejar de derramar sus efectos en estos ámbitos, ganando espacio paulatinamente hasta convertirse en los instrumentos centrales con el crecimiento del "big data"1, hasta inclusive protagonizar eventos reñidos con la legalidad, como el uso inapropiado o fraudulento de información, la comercialización de datos o la difusión deliberada de publicidad engañosa.

A partir de la equiparación del votante con el consumidor, las técnicas de investigación de mercado hoy se aplican al estudio del electorado, desmenuzando sus preferencias y permitiendo ajustar personalizadamente los mensajes.

Como una metáfora de lo que sucede en el campo comercial, la relación entre las formaciones políticas y sus equipos publicitarios con el potencial sufragante se establece sin otra mediación que la de los canales digitales.

Y, toda vez que páginas web, redes sociales o servicios de mensajería no sólo canalizan las opiniones y debates políticos de los usuarios individuales, sino que incluso se han convertido en la vía elegida por dirigentes, funcionarios y jefes de estado para la comunicación, también en este ámbito las nuevas tecnologías tienden a consolidarse en una posición dominante.

Así se expresó en la atípica campaña electoral que acabamos de presenciar.

La tradición y la cibernética

No podemos descartar que los Estados Unidos finalmente impongan a las compañías de comercio electrónico (o a otras similares) disposiciones que modifiquen sustantivamente las actuales tendencias. Ese país cuenta con sobrados antecedentes de regulaciones antimonopólicas, ya desde 1890, con la ley conocida como Sherman Act, pasando por desmembramientos forzados como el de la Northen Security Company (de J.P. Morgan y J. D. Rockefeller) y el de AT&T.

Si bien en el ámbito de las competencias electorales resulta todavía más difícil prever el futuro derrotero, vale destacar que aún existe un fenómeno de este ámbito que no puede ser suplantado, ni siquiera minimizado, y es el de los militantes políticos en la jornada electoral que, como el vendedor de retail, puede jugar un papel "desequilibrante" en la movilización de electores y en la fiscalización del conjunto del acto eleccionario, especialmente en el recuento de los sufragios.

Al tratarse de uno de los casos de suma cero por antonomasia, lo que se agrega a uno se duplica si se le quitó al otro, por lo que, al partir de una igualdad si el frente A reemplazara por propios 5 votos de B, obtendría una diferencia a su favor de 10.

Por ello, frente a las próximas elecciones presidenciales2, no es desatinado pensar que el diferencial de recursos humanos disponibles y aplicados a la fiscalización, podría ser definitorio en una elección reñida.

1 Big data es un término que refiere a grandes volúmenes de datos, que pueden o no estar estructurados, disponibles y susceptibles de ser analizados.

2 Sin desconocer las prevenciones expresadas por todas las formaciones de la oposición referidas a los aspectos informáticos de los escrutinios provisorios.

*MM y Asociados


Ver en el diario

lunes, 5 de agosto de 2019

La deuda pública: de todos. La generación de dólares: de algunos

La deuda pública: de todos. La generación de dólares: de algunos


Por Lic. Guillermo Moreno, Lic. Norberto Itzcovich, Dr. Claudio Comari

La deuda pública, interna o externa, pertenece al conjunto del Estado argentino con sus tres poderes, aunque por su propio ordenamiento jurídico sea el ejecutivo quien deba encargarse de acometer las acciones necesarias para honrarla en tiempo y forma.

Ella está nominada en pesos u otras monedas, en tanto sus acreedores pueden o no ser residentes en nuestro territorio.

La deuda nominada en dólares, euros, yenes, etc., en manos de no residentes (exigible1) se encuentra actualmente, según el consenso general, en el orden de magnitud de los U$S150.000 millones.

A su vez, existen cuatro vías a través de las cuales nuestro país puede obtener las divisas necesarias para cumplir con su cronograma de cancelaciones:

a. el comercio internacional de bienes y servicios, que realizan personas, en su inmensa mayoría jurídicas,
b. la repatriación del principal y/o de las utilidades de las inversiones directas de argentinos en el exterior,
c. la inversión extranjera directa (IED), y
d. la toma de nuevos préstamos internacionales.

Respecto del último punto (d), actualmente el mercado voluntario internacional de deuda permanece cerrado para el sector público argentino.

Por otra parte, mientras en términos corrientes no se encuentre equilibrado el flujo de divisas, no cabe esperar que acontezcan los acápites b y c.

En consecuencia, resta por analizar el ítem a de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos (CC) sobre el cual la autoridad política puede influir.

La restricción externa2

Históricamente, la restricción externa estuvo ligada a situaciones analizadas mediante el estudio de los ciclos económicos de corto plazo conocidos como stop and go.

Allí, el problema radicaba en que la demanda de divisas para mantener la tasa de crecimiento económico superaba a la oferta, de manera estructural.

Esas crisis derivaban en alteraciones político-económicas que en la historia argentina son bien conocidas.

En las últimas cuatro décadas ese escenario se complejizó y agravó notoriamente, dado que el incremento del requerimiento de dólares ya no se debe solamente a la expansión del aparato productivo, sino que a ello deben agregarse tanto el que se genera por atesoramiento, como el que deviene de la obligación de honrar la deuda externa.

Cuantificando los conceptos, se puede proyectar que hacia el final del corriente año:

La Balanza Comercial (BC), producto del desplome de las importaciones (que en el primer semestre fue de 28%), será de aproximadamente U$S8.700 millones.
La Balanza de Servicios (seguros, transporte, turismo y propiedad intelectual, entre otros), se ubicará en un saldo negativo de entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.
Los intereses de la deuda pública exigible serán de aproximadamente U$S9.000 millones y los de la deuda privada U$S3.000 millones.
Los dividendos a girar por las empresas locales de controlantes extranjeros alcanzarán un monto de alrededor de U$S 6.000 millones.
En consecuencia, el déficit del sector externo argentino3, medido como proporción del PIB, rondará el 3,5% (U$S16.800 millones) considerando sólo los intereses de la deuda exigible4.

La necesaria interfase entre lo público y lo privado para evitar el default
Si bien parte de la deuda, tanto pública como privada, está nominada en moneda dura, los ingresos del Tesoro Nacional son sólo en pesos, por lo cual se debe apelar al mercado o al BCRA para transformarlos en las divisas necesarias, a fin de cumplir con los compromisos asumidos5.

Pero para poder obtenerlas, es preciso que el sector privado las haya generado, logrando, como mínimo (adicionando los resultados de las balanzas comercial y de servicios) un saldo superavitario en el entorno de los U$S18.000 millones.

A tal fin, es imprescindible lograr un tipo de cambio competitivo que, para ser plausible, debe complementarse con adecuadas políticas de administración de comercio6, que permita la hegemonía de las empresas locales en el mercado doméstico.

Esta sinergia posibilitará, a su vez, mediante una correcta interacción público-privada incrementar la fuerza de inserción de los productos de fabricación nacional en los mercados internacionales.

Simultáneamente, con una macroeconomía equilibrada, debe lograrse una disminución del riesgo país y de la tasa de interés nominal, de manera tal que, al alinear la inflación doméstica con la internacional, ocurra lo propio con la tasa de interés real7. Ello permitirá construir un andamiaje financiero adecuado para ofrecer capital de trabajo a las empresas exportadoras.

Ello, fundamentalmente, permitirá frenar, y posteriormente revertir, el flujo de atesoramiento en dólares de las personas (físicas y jurídicas) residentes en nuestro país.

Pero sólo un contexto político, económico y social de amplia unidad nacional lo posibilitará.

Las potencialidades para avanzar en esa dirección se asientan en la plena vigencia del tronco común del pensamiento nacional que, más allá de que se exprese en diferentes vertientes del espectro político, resulta ampliamente mayoritario en nuestra Patria.

1 Denominamos exigible a aquella parte de la deuda cuya eventual posibilidad de renegociación presentará particulares condiciones de tensión.

2 Para realizar las estimaciones que se presentan, se tuvo en cuenta el criterio de devengado, que es el mismo que utiliza el Indec en sus resultados de Balanza Comercial y Balance de pagos.

3 Ello suponiendo un rollover óptimo del principal de la deuda.

4 Considerando los intereses de la deuda pública en pesos y en dólares, en manos de no residentes y de residentes cuantifi cados en dólares, ese monto se incrementaría a U$S25.800 millones.

5 Esta es una restricción que los hacedores de política económica en Argentina no pueden desconocer, ya que a nadie se le ocurre, en nuestro país ni en el mundo, nacionalizar el comercio exterior para volver al comercio país-país.

6 En este sentido, el Nuevo Orden Internacional (NOI) y la concomitante debacle de la OMC, abrieron una ventana de oportunidad que amplía el arsenal de instrumentos económicos para la búsqueda de competitividad sistémica, y que nuestro país deberá saber aprovechar.

7 La tasa de interés real anual es igual a la tasa de interés nominal anual, menos la inflación del período.

*MM y Asociados

Ver en el diario