lunes, 24 de septiembre de 2018

Responsabilidades compartidas

Responsabilidades compartidas


Por Lic. Guillermo Moreno*

Lic. Norberto Itzcovich*

Dr. Claudio Comari*

El 12 de junio (hace sólo 104 días) el oficialismo presentó al Fondo Monetario Internacional ( FMI) dos memorándums, uno de políticas económicas y financieras y otro correspondiente al entendimiento técnico. Allí se describían los condicionamientos con los cuales funcionaría la economía, tanto en el actual gobierno, como en el que lo sucederá.

El contrato resultante que formalizó la relación entre nuestro país y el FMI contempla una asistencia crediticia por 35.379 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), equivalentes a, aproximadamente u$s 50.000 millones. El primer desembolso (u$s 15.000 millones) se hizo efectivo a fines de aquel mes, en tanto que, posteriormente, el organismo iría asignando unos U$S 2.900 millones por trimestre a partir de setiembre, hasta junio de 2021, siempre que se dieran por cumplidos los compromisos asumidos.

Ahora bien, al persistir las inconsistencias macroeconómicas que determinaron la Supercrisis (desequilibrios fiscal y externo), aquello que señalamos oportunamente respecto de que el acuerdo era de su dudosa viabilidad, tanto por ser extemporáneo como por su incorrecta formulación aritmética, se demostró certero.

Esto es así ya que, ante el defecto de oferta de dólares que presenta la economía para el corriente año, el gobierno nacional decidió comenzar a utilizar la previsión de fondos, que, en esa moneda, correspondía para el 2019.

Naturalmente, en una típica situación de "vestir un santo desvistiendo otro", el conflicto se traslada al año entrante, con lo cual debió ir en búsqueda de la urgente reformulación del contrato, solicitando a las autoridades del organismo multilateral de crédito el adelantamiento de los desembolsos previstos para el bienio 2020/2021.

Si el FMI accediera a darle cabida a semejante pretensión, sin modificar el monto total del mutuo firmado, el auxilio al actual gobierno dejaría al que surja de las próximas elecciones presidenciales en una situación de extrema fragilidad.

Ello, habida cuenta de que, como reconoce el propio oficialismo, durante el período 2019/20 persistirán los déficits gemelos y previsiblemente los mercados internacionales de crédito continuarán cerrados.

Como resulta de la normativa vigente, las obligaciones del FMI son para con sus países miembro y no hacia un determinado gobierno, por lo que la búsqueda de un equilibrio intertemporal que incluya el nuevo período presidencial también le compete al prestamista de última instancia.

Sin anuencia para tirar la plata


La tensión entre el precio del dólar y el nivel de las tasas de interés, oportunamente señalado, se agudizó, a pesar de la irresponsable conducta gubernamental de desviar los fondos obtenidos hacia la contención de la suba del tipo de cambio.

Sostuvimos entonces: "No se cumplen los términos del acuerdo con el FMI y así se activa, no sólo la severa amenaza de default de los bonos soberanos sino la de un riesgo superior, el incumplimiento con el mismo FMI. En ese caso, las consecuencias serían nefastas, no sólo para el actual Gobierno, sino también respecto de sus sucesores".

En este aspecto, vale rescatar de la historia reciente que, en los diversos ciclos presidenciales de contingencia, que abarcaron desde el 23 de diciembre de 2001 hasta el 10 de diciembre de 2003 (gobiernos presididos por A. Rodríguez Saá, E. Duhalde y N. Kirchner), no sólo se honraron los compromisos preexistentes con los organismos multilaterales, sino que además se concertaron nuevas asistencias crediticias.

La Alianza Cambiemos dejará un país económicamente desquiciado, y tal como se desprende de las proyecciones oficiales presentadas en el mensaje de remisión del presupuesto 2019 al Congreso de la Nación, finalizará su gestión con déficits, tanto fiscal como de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos.

Obligación patriótica


Resulta evidente que el nuevo gobierno, para "administrar la cosa pública tendiendo al bien común", requerirá disponer de todas las herramientas económicas posibles, tanto en el orden local como internacional.

Así, mientras el oficialismo intenta corregir el déficit fiscal primario, le queda a la próxima administración hacerlo con el Déficit Fiscal Total (DFT)i v, con lo cual, lo firmado en junio pasado, al margen de su incorrección en el diseño, aportaría parte de los fondos necesarios para completar el actual período, así como para los 18 meses iniciales del siguiente.

Sin embargo, al solicitar acelerar los plazos de ingreso de los montos originalmente destinados al próximo gobierno, casi U$S 18.000 millones, se violenta el sentido común, ya que, si como mencionamos los mercados internacionales de crédito permanecen cerrados, ello lo obligaría a generar un brutal ajuste del DFT.

Para realizarlo existen sólo dos mecanismos: restringir "extraordinariamente" los gastos y/o incrementar "extraordinariamente" los ingresos.

Y, ante la grave situación económica y social que atraviesa nuestro país (sin negar que es posible que exista algún tipo de gasto sobredimensionado), es impensable que el ajuste necesario recaiga sobre los sectores de menores ingresos, y que estos sean los que realicen el esfuerzo de equilibrar, ex ante, la ecuación macroeconómica básica.

En consecuencia, un gobierno popular debe inexorablemente, vía la aplicación de impuestos, tasas y contribuciones sobre los sectores artificialmente más beneficiados, obtener los recursos que le permitan descartar la propuesta de default, honrando los compromisos asumidos.

En este marco, resulta imprescindible, para una sana convivencia democrática, que se busquen los mecanismos que faciliten una transición ordenada, al tiempo que deseche el falaz razonamiento oficial alrededor de la idea: "después de mí, el diluvio".

Para ello, las fuerzas políticas argentinas en conjunto, con la colaboración del FMI y demás instituciones multilaterales de crédito, deben avocarse, como ya hemos mencionado, a encontrar el equilibrio macroeconómico intertemporal, y así aportar las mejores soluciones a una Supercrisis que pone en peligro la continuidad de la patria como tal.

1 BAE Negocios, 18/6/18: “Demasiado tarde para lágrimas”.

2 BAE Negocios, 3/9/2018: “¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?”.

3 BAE Negocios, 23/7/18: “Subir la tasa de interés, un remedio peor que la enfermedad”.

4 DFT = Déficit de la Nación, que computa no sólo el déficit fiscal primario (ingresos operativos, gastos operativos), sino también el pago de los intereses de la deuda externa. Además, incluye el rojo de las provincias y los municipios, más el déficit cuasifiscal originado en el BCRA.

*MM y asociados


Ver en el diario

lunes, 17 de septiembre de 2018

Encarrilar a los gemelos

Encarrilar a los gemelos


Por Lic. Guillermo Moreno*

Lic. Norberto Itzcovich*

Dr. Claudio Comari*

Ante la certeza de que el actual esquema económico encontrará "solución de continuidad" a su inconsistencia intrínseca, se impone ya la discusión sobre los consensos necesarios para el reemplazo de tal diseño.

Decíamos, allá por agosto de 20171: "en el mientras tanto, el endeudamiento en moneda extranjera ha permitido no sólo proveer a la economía de los dólares necesarios, sino también financiar simultáneamente el cuantioso déficit fiscal. Sin embargo, este mecanismo no puede ser eterno: tarde o temprano habrá escasez de prestamistas".

Efectivamente, hacia el fin del primer semestre de este año, el crédito privado externo se agotó, debiéndose recurrir al financista de última instancia, el Fondo Monetario Internacional ( FMI).

Pero, el aporte del FMI fue, como oportunamente señalamos2, extemporáneo e insuficiente, no en términos de montos, sino en cuanto a su pertinencia, mientras que, al mismo tiempo, también resultaba dudosa su viabilidad.

Por ello, no fue sorpresa que los funcionarios, antes de cumplirse tres meses desde el primer desembolso tuvieran que viajar a Washington para intentar reformular los términos del acuerdo.

Y en eso aún están


Ahora bien, en el marco de esa renegociación, no podemos dejar de señalar que, si el FMI decidiera adelantar al año entrante el desembolso del saldo de los fondos previstos en el préstamo Stand by, para auxiliar al actual gobierno, dejará al que surja de las próximas elecciones presidenciales en una situación de extrema fragilidad.

Dado que, como es fácil prever, si durante el período 2019/20:

persisten los déficits gemelos (fiscal y externo) y,

los mercados internacionales de crédito permanecen cerrados,
la concentración de la totalidad de los desembolsos en el próximo año no dejará para el subsiguiente otra posibilidad que realizar una reducción brutal del Déficit Fiscal Total (DFT)3, por incremento de ingresos y/o disminución de gastos, así como incumplir parcialmente los compromisos de la deuda.
Sintetizando, el FMI debe tener bien en claro que sus obligaciones son para con el país, y no hacia un determinado gobierno, por lo que no puede ser partícipe de un accionar dirigido a "vestir un santo desvistiendo otro".

Los gemelos malcriados


Durante el cuatrimestre en curso, el funcionamiento de la economía, aún con su notable deterioro, necesita aproximadamente U$S 32.300 millones4, que menguarán las reservas del BCRA.

De estas, como aclaramos oportunamente5, alrededor de U$S 11.000 millones pertenecen a encajes de los depósitos en moneda extranjera de los particulares; otros U$S 12.000 millones corresponden al pase de monedas acordado con la República Popular China (Swap), el cual requiere de una negociación previa a su posible conversión a dólares; y por último, es impensable que las reservas queden en cero, dado que, por lo menos, siempre debe preservarse un monto equivalente a un mes y medio de importaciones (alrededor de U$S 9.000 millones) por si fuera necesario, en el límite, pagarlas al contado.

Como puede deducirse, el estrés que se ejerce sobre la cuenta "Variación de Reservas de la Balanza de Pagos" alcanza la desmesura.

Por su lado, DFT se mantiene en el entorno del 11% del PIB, ya que el programa que recientemente presentara el gobierno para la reducción de esa brecha, sobre la base de disminuir los gastos y aumentar los ingresos estatales, no está "bien planeado":

por el lado de los egresos, se estima obtener un ahorro fiscal de U$S 6.000 millones, pero ese cálculo fue realizado en base a una sobrevaluación del PIB o una subvaluación del tipo de cambio.
en cuanto a los ingresos, debería computarse el deterioro en la recaudación que oportunamente anticipáramos, devenido del derrumbe de la actividad económica, que impactará negativamente en las arcas públicas, a pesar de las mejoras esperadas por la reciente imposición de las retencionesvi a todas las actividades exportadoras.
No hay duda de que el actual oficialismo, como "padre, tutor o encargado" de los actuales "gemelos", debe hacerse responsable por su desastrosa conducta.

Sentido común para educar a los gemelos


Hacia el fin de 2018, la deuda externa pública y privada argentina alcanzará los U$S 435 mil millones, estableciendo un piso de servicios en torno a los U$S 20 mil millones. Consecuentemente, en el mediano plazo, será necesario un superávit de esa magnitud en el resto de los componentes que integran la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, sólo para mantener la deuda constante, o bien asumir la inestabilidad cambiaria derivada del defecto de la oferta de dólares.

En este marco de déficits gemelos (externo y fiscal), urge discutir un entorno de política económica que posibilite su solución.

En este sentido, la situación externa tendrá una rápida mejora mediante la implementación de una política de Administración del Comercio Exterior (ACE), al permitir complementar la determinación del tipo de cambio. Esto es posible dada la instauración del Nuevo Orden Internacional (NOI) y la concomitante debacle de la OMC, que abrieron una ventana de oportunidad que amplía el arsenal de instrumentos económicos para la búsqueda de competitividad sistémica (la recuperación económica posterior al derrumbe de la convertibilidad fue precedida por una drástica devaluación, que llegó a alcanzar el 300%, de la moneda nacional. En la actualidad, nuestras estimaciones indican que el nivel del tipo de cambio -de agosto de 2018- equivale a 1,79 del vigente en el año 2001).

La adecuada ACE entonces, se convierte en un poderoso instrumento para lograr un superávit comercial que permita honrar todos los compromisos internacionales.

Complementariamente, la reactivación del mercado interno que devendrá de volver a colocar el precio de los alimentos en una relación justa y razonable con los ingresos populares (salarios, jubilaciones y pensiones), así como el de la energía, estimulando la competitividad y rentabilidad empresarial, todo ello en un entorno de acuerdo sistémico entre el trabajo y el capital, permitirá recuperar los ingresos tributarios, de tal manera que las cuentas fiscales tiendan rápidamente al equilibrio.

Estas políticas, aplicadas en un marco "doctrinario de amor y paz", permitirán, sin "azotes ni castigos", "reeducar a los gemelos en la virtud".

1 BAE Negocios, "Consistencia macroeconómica con estancamiento”.

2 BAE Negocios, 18/6/18: “Demasiado tarde para lágrimas”.

3 DFT = Déficit de la Nación, que computa no sólo el déficit fiscal primario (como lo publicita el gobierno) sino también el pago de los intereses de la deuda externa. Además, incluye el rojo de las provincias y los municipios, más el déficit cuasifiscal originado en el BCRA.

4 El monto surge de sumar U$S 8.300 millones, proporcional a un tercio del déficit anual de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, más U$S 12.000 millones por la dolarización de las carteras de las empresas y familias a partir de la caída de la demanda de dinero, y otros U$S 12.000 millones por la amortización del capital de los créditos tomados, que los prestamistas extranjeros no renovarán.

5 BAE Negocios, 3/9/2018: “Donde hay un dólar viejo Gómez”, aquí con cifras actualizadas.

6 Al respecto, cabe acotar que su implementación es pésima, al establecerse topes superiores de sumas fijas en pesos. El absurdo de que proporcionalmente se pague más cuando el dólar pierde competitividad (o viceversa) se complementa con el “hallazgo” de que los incrementos de la inflación y/o del tipo de cambio, licúan dichos ingresos.

*MM y asociados


Ver en el diario

Entrevista en "Hagan correr la voz"

Entrevista en "La señal"

Entrevista en "Laura a las 12"

lunes, 10 de septiembre de 2018

Me tomo 5 minutos...

Me tomo 5 minutos...


Por Guillermo Moreno, Norberto Itzcovich y Claudio Comari*

Parafraseando a una conocida publicidad, vale la pena detenernos y hacer una pausa de cinco minutos, para recapitular y pensar lo por venir.

Esto es necesario, ya que no son pocos quienes aún no comprenden cómo se sucedieron los eventos que nos llevaron a este presente.

Y, así como no pudieron prever la irrupción de la Supercrisis, desatada por los descomunales desequilibrios del sector externo y fiscal, que evidentemente ya no tiene salida en el marco de los parámetros establecidos por la alianza Cambiemos, tampoco pueden determinar los pasos a seguir.

Por el contrario, los que anticipamos diagnósticos más certeros tenemos la responsabilidad de elaborar y proponer, para debatir en la arena pública, las posibles soluciones que contribuyan a mitigar los daños para nuestra Patria.

Repasemos lo dicho


Ni cisnes negros ni tormentas externas inesperadas. Los episodios de la actual coyuntura eran perfectamente previsibles desde un riguroso trabajo analítico basado en un sólido corpus conceptual, esto es, ni más ni menos, el adecuado ejercicio profesional.

Como se hace evidente, la importancia de la buena o mala praxis en la prognosis económica no comporta, en esencia, logros o fracasos en el ámbito académico o intelectual, sino, principalmente, en cómo determina decisiones fundamentales de los cuerpos colectivos (estados en sus tres niveles, y organizaciones representativas de los empresarios, los trabajadores, etc.) y de cada familia en particular.

Examinando la coyuntura, nos encontramos con una economía que no genera los dólares que necesita para funcionar ("Dónde hay un dólar viejo Gómez", BAE Negocios, 3/9/18), sin prestamistas externos del sector privado, y con el desembolso del FMI malgastado en la pulseada cambiaria ("Saltando de la sartén al fuego", BAE Negocios, 25/6/18), por lo que el panorama es desolador, ya que el intento de los inversores calificados de recuperar su dinero en moneda dura y retirarlo lo antes posible, es el lógico corolario.

Al tiempo, las consecuencias del (re)accionar oficial sobre la economía real, es devastador. Con tasas de interés inafrontables para el funcionamiento de las empresas y un tipo de cambio de equilibrio imposible de determinar ("La gestión empresarial en tiempos de Supercrisis", BAE Negocios, 16/7/18), la parálisis del aparato productivo es, por momentos, total.

Hoy, el quiebre de stocks generalizado trasciende los circuitos de fabricantes y mayoristas, para llegar a todos los puntos de venta. En estos aciagos días, como advertimos en mayo, "el verdadero problema de la hora es el de garantizar el abastecimiento (en precio y cantidad) de las personas tanto físicas como jurídicas" ("La Supercrisis se materializó", BAE Negocios, 21/5/18).

Ahora bien, nada de esto fue sorpresivo dado que, como hemos ido señalando, obedece, entre otras causales relevantes, a la reconfiguración de las relaciones entre las naciones emergente en el Nuevo Orden Internacional ("El mundo actual facilita los modelos de desarrollo nacional", BAE Negocios, 4/9/17 y otros) y a la transformación de la economía de los EE.UU. en el principal punto de atracción de las inversiones productivas y financieras a escala global.

Decíamos en febrero, en nuestro artículo "Los prestamistas externos también se preguntan ¿cómo seguimos?" (BAE Negocios, 12/2/18):

"Las decisiones del gobierno de Trump respecto a la administración del comercio exterior, la reciente reforma tributaria y el megaproyecto de obra pública, actúan como un poderoso atractivo para la inversión fronteras adentro de los EE.UU. Con una tasa de desocupación rondando el 4%, el riesgo de "recalentamiento" está latente. (...) La suba de tasas de interés es funcional a fines de evitarlo, así como también para la obtención del financiamiento para los proyectos de inversión públicos y privados. Esto nos lleva a prever que la principal economía del mundo será la gran "esponja" de la liquidez mundial.

No hay dudas que, competir con los EE.UU. por el crédito internacional, es un desafío que podría exceder con creces las potencialidades de nuestra economía."

Al verificarse este pronóstico, el esquema Ponzi que prohijó el oficialismo, quedó interrumpido y, con ello, la Supercrisis, (o la "emergencia", según los decires presidenciales) determinada por las inconsistencias macroeconómicas de la alianza gobernante ("Un presente de inconsistencia macroeconómica con estancamiento", BAE Negocios, 1/2/18) se objetivó. La posterior ayuda del FMI fue, como también señalamos ("Demasiado tarde para lágrimas", BAE Negocios, 18/6/18), extemporánea e insuficiente, no en términos de montos, sino en cuanto a su pertinencia.

Te lo digo


Hace más de un año ("Las elecciones y la economía", BAE Negocios, 15/8/17) que señalábamos la peligrosidad del diagrama económico vigente que, al caminar sobre la cuerda floja en claros desbalances, amenazaba con arrastrarnos a todos cuando el funambulista perdiera el equilibrio. Esto sucedió y nos enfrentamos así a una situación de crisis sistémica, que puede resultar la más profunda de nuestra historia y poner en riesgo la continuidad de la Patria.

Las recientes medidas del diezmado "mejor equipo" no tendrán ninguna efectividad, especialmente porque están basadas en cálculos erróneos y pésimas decisiones.

Los U$S 6.000 millones de ahorro fiscal, se estimaron en base a una sobrevaluación del PIB o una subvaluación del tipo de cambio.

Respecto del incremento esperado en los ingresos públicos, si bien mejorarán por la imposición de las retenciones a todas las actividades exportadoras, no alcanzarán lo planificado en la medida que no se contemplan los deterioros en la recaudación devenidos del descenso del nivel de la actividad económica, que oportunamente anticipáramos ("El discurrir de la Supercrisis", BAE Negocios, 28/5/18). Además, su implementación es pésima, al establecerse topes superiores de sumas fijas en pesos. El absurdo de que proporcionalmente se pague más cuando el dólar pierde competitividad (o viceversa) se complementa con el "hallazgo" de que ante los incrementos de la inflación y/o del tipo de cambio, se licúan dichos ingresos.

En síntesis, el objetivo de reducción del déficit fiscal queda severamente cuestionado.

De manera que volverá a llover sobre mojado, confirmando la irreversibilidad del fracaso económico de Cambiemos, exponiendo al entramado social y productivo, a la amenaza de la anomia ("¡Ay, Patria mía!", BAE Negocios, 7/5/18).

Urge entonces evitar que el carácter explosivo de la configuración económica canalice la resolución de la Supercrisis librándola a las urgencias del conflicto social, porque sus derivaciones anómicas sólo nos enfrentarían al peligro cierto de la potenciación del caos.

Evitar un "punto de ruptura" explosivo requiere del protagonismo de todos los cuerpos orgánicos de la Nación, especialmente de aquellos que ejercen la representación política de la sociedad, sean oficialistas u opositores.

Sobre sus espaldas recae la responsabilidad de proponer las soluciones; de otro modo el descalabro económico perturbará irremediablemente el funcionamiento institucional y la paz entre los argentinos.

*MM y asociados


Ver en el diario

Entrevista en "Real politik"

Entrevista en "Quien quiera oir que oiga"

Entrevista en "Puro periodismo"

lunes, 3 de septiembre de 2018

¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?

¿Dónde hay un dólar, viejo Gómez?



Por Lic. Guillermo Moreno*
Lic. Norberto Itzcovich*
Dr. Claudio Comari*






Perseguido por el monstruo que creó, la alianza Cambiemos continúa su corta huida hacia adelante, a pura negación.

El muy breve anuncio presidencial del miércoles pasado, con los bucólicos jardines de Olivos como escenografía, pretendió disipar las dudas tanto sobre la capacidad de pago de los vencimientos del stock de deuda externa contraída (amortización del principal), como del financiamiento del flujo deficitario que se origina en la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos (CC). Y, colateralmente, intentó detener el proceso de dolarización, tanto de las carteras de inversión de las empresas, como así también del ahorro de las familias.

En general, en el plan financiero anual elaborado por el poder ejecutivo, se presupone que sobre las acreencias de capital se efectúa un rollover (renovación) periódico. Por el contrario, en un escenario como el actual, con mercados externos de financiamiento cerrados, el prestamista niega el revolving y solicita, no sólo los intereses, sino también el capital invertido.

A esta situación nos condujo el oficialismo con su proverbial soberbia, desechando los sanos consejos de algunos veteranos economistas que, conocedores del carácter bimonetario de la Argentina, supieron recomendar:

"nunca te quedes sin dólares", siempre vendele al mundo más de lo que comprás (superávit o equilibrio externo), y
"nunca te quedes sin pesos", siempre recaudá más de los que gastás (superávit o equilibrio fiscal),
instalando así el escenario que fuimos anticipando, la Supercrisis.

De los dos vectores que la componen, centraremos la mirada sobre el defecto en la generación de dólares en el sector externo, lo que convirtió a algunos funcionarios del oficialismo en

"Mangueros doctoraos"


Aclarando lo obvio, el BCRA no emite dólares sino pesos. Por lo cual, la única manera que tiene la economía nacional de conseguir divisas, en un contexto que inhibe nuevas inversiones externas, es lograr superávits en la balanza comercial (exportaciones menos importaciones de bienes) y/o en la de servicios (turismo, royalties, seguros, fletes, etc.), ya que el ítem correspondiente a renta de la inversión (pagos y cobros de intereses de deuda) es siempre negativo.

Sin embargo, al no lograr revertir el saldo comercial deficitario, ni tampoco equilibrar el resultado de la CC, como se observa en el gráfico, los dólares siguen escaseando.

Si desagregamos este resultado:

El saldo comercial girará en torno a los u$s8.000 millones, a pesar de la devaluación que desincentiva las importaciones,
La balanza de servicios alcanzará un resultado negativo de alrededor de u$s4.000 millones, y
El ítem renta de la inversión presentará un rojo de, aproximadamente, u$s13.000 millones.
En síntesis, la gestión del actual oficialismo se caracteriza por presentar un persistente déficit en el saldo de la CC.

Blanco sobre negro, números rojos


Afirmamos oportunamente, que el objetivo del acuerdo al que arribó el gobierno con el FMI era el de disminuir la exposición del sistema financiero internacional por los prestamos oportunamente otorgados, simplemente reemplazando un acreedor (banca privada extranjera) por otro (organismo multilateral) y que el auxilio era tardío e insuficiente.

Restando cuatro meses para la finalización del año, y a pesar de su calamitoso funcionamiento, la economía aun demandará cerca de u$s8.300 millones6 para su operación diaria.

A ello deben agregarse otros u$s12.000 millones, producto de la dolarización de las empresas y familias, ut supra señalado.

Y a su vez, a estos dos montos se le debe adicionar un tercero, también de u$s12.000 millones, correspondiente a la amortización del capital que los prestamistas extranjeros no renovarán.

La suma de estos tres ítems alcanza los u$s32.300 millones.

Las reservas del BCRA, actualmente rondan los u$s54.000 millones, restando ingresar las dos transferencias pendientes del FMI por u$s6.000 millones.

A este activo del BCRA se le irán descontando, durante el último cuatrimestre, los u$s32.300 millones mencionados, con lo que restarían u$s27.700 millones de reservas potencialmente utilizables al final del ciclo mencionado.

Ahora bien, de ellas, casi u$s13.000 millones corresponden a encajes de los depósitos en moneda extranjera de los particulares. Otro monto similar concierne al pase de monedas acordado con la República Popular China (swap), el cual requiere de una negociación previa a su posible conversión a dólares. Por último, es impensable que las reservas queden en cero, dado que siempre debe preservarse, al menos, un monto equivalente a un mes y medio de importaciones (alrededor de u$s9.000 millones) por si fuera necesario, en el límite, pagarlas al contado.

Las cuentas quedan claras, y el panorama bien oscuro.


En consecuencia, el proceso de incremento del valor del dólar en el mercado doméstico, que se viene verificando desde el pasado mes de abril, no es más que el reflejo de una simple cuestión matemática. Cuando en una división el denominador (las reservas) tiende a cero, el cociente (el tipo de cambio) tiende a infinito.

Inflamando la gravedad del panorama, al desequilibrio del sector externo, debe agregársele el fiscal. La persistencia de crecientes tasas de interés, para tratar de contrarrestar sin éxito la mencionada dolarización, provoca una notable caída en la actividad económica y, en consecuencia, en la recaudación, por lo que cualquier intención de achicar el gasto del sector público corre de atrás a la pérdida de sus ingresos.

Queda claro que el esquema Ponzi, una pretendida cadena de felicidad basada en el endeudamiento externo permanente, se agotó.

Es imprescindible que el conjunto de las fuerzas políticas tome debida nota de que el problema de la escasez de dólares se objetiva en el año en curso, y que, en este marco, el 2019 es muy largo plazo

1 Se considera Deuda Externa a aquella contraída en moneda extranjera con independencia de la residencia del tenedor del título.

2 Si bien la Balanza de Pagos consta de tres cuentas, dado que actualmente los mercados internacionales se encuentran cerrados para nuestro país, el análisis debe enfocarse principalmente en una de ellas, la Cuenta Corriente (CC).

3 En lugar de ahorro, sería atesoramiento en el caso de que los dólares adquiridos no se mantengan en el sistema bancario.

4 BAE Negocios, Demasiado tarde para lágrimas, 18/6/18.

5 Los u$s21.000 millones aportados por el FMI este año (los u$s15.000 millones recibidos en junio, más los u$s6.000 que ingresarían en setiembre y diciembre), descontando los u$s7.500 millones que se dispusieron para refuerzo fiscal, y lo que el fondo monetario autorizó a utilizar para cuestiones de índole social, coinciden con las necesidades que surgen de los vencimientos del principal, mencionado arriba (u$s12.000 millones).

6 Esta cifra surge de realizar una distribución proporcional del déficit anual proyectado de la CC, de u$s25.000 millones.

*MM y Asociados


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Entrevista en "Clase turista"

Entrevista en "Estado de situación"

Entrevista en "CPE Noticias"