lunes, 27 de noviembre de 2017

Lo que ocupa a Trumpa Macri ni lo preocupa

Lo que ocupa a Trump a Macri ni lo preocupa



Lic. Guillermo Moreno*
Lic. Norberto Itzcovich*
Dr. Claudio Comari*
Especial para BAE Negocios

El actual oficialismo, incluso desde su propio nombre, "cambiemos", nos ofrece la posibilidad de que un mundo virtuoso irrumpa en estas costas, a partir de sus decisiones de gobierno. "El mundo nos abre los brazos" o "el mundo está esperanzado en Argentina", entre otras frases, bastan para sintetizar su cosmovisión. "Esta generación que vino a cambiar definitivamente la Argentina", como disfruta decir el presidente Macri, funge como interfase entre ese ideal de futuro venturoso y éste presente que necesita ser superado.

Ahora bien, ¿esto será realmente así? ¿O quienes venden "futuro" en realidad encarnan un pasado que languidece?

Se impone la visión de Trump


Durante el ya lejano mes de abril de este año, el presidente norteamericano Donald Trump recibió a su par chino, Xi Jinping. Lo hizo en la residencia que posee en la costa de Florida, cerca de Palm Beach. Un lugar distendido pero lejano del protocolo y, sobre todo, de la importancia política de la capital norteamericana, Washington D.C. El encuentro fue, como los primeros rounds en el boxeo, de conocimiento más que de resultados. Por eso Trump, cuál si fuera Mohammad Alí, seguro de que con el correr de los asaltos ganaría la pelea, bromeó con inusitada humildad ante la prensa "no he conseguido nada, absolutamente nada".

Ambos presidentes se comprometieron a volver a verse las caras durante el año, esta vez en la República Popular China (RPC).

Y en efecto, a principios de noviembre Xi recibió a Trump en Beijín, con toda la pompa de una visita de estado. El norteamericano hizo del déficit comercial de su país con China uno de los ejes de la campaña electoral del año pasado (cuando ese guarismo alcanzó los 309.000 millones de dólares), y en su viaje, junto a un nutrido grupo de empresarios, logró concretar una serie de acuerdos comerciales que servirán para ir resolviendo ese desbalance. Según la Casa Blanca, dichos convenios ascienden a u$s250.000 millones, impactando razonablemente en la resolución de ese rojo comercial, que en los primeros diez meses de este año alcanzan aproximadamente los u$s300.000 millones.

Los memorandos firmados se refieren a los sectores aeronáutico, biotecnológico, de maquinaria y equipos, electrónico, y principalmente al de la energía. En este último campo, en un periodo de 20 años, la Corporación de Inversión en Energía de China destinará a nuevos proyectos 83.700 millones de dólares. En la misma dirección, la empresa oriental Sinopec invertirá, en yacimientos de combustibles fósiles ubicados en Alaska, la suma de 43.000 millones de dólares, comprometiéndose a la compra de lo producido.

Al respecto es importante resaltar, principalmente en lo referente al mercado del gas que, como mínimo, al precio que se observa en el mercado doméstico norteamericano debe adicionársele el costo de la logística de transporte, con lo cual queda palmariamente demostrada la competitividad, en términos de precio del insumo energético, de la industria manufacturera de los EE.UU. vis a vis la de la RPC.

De esta forma, la revolución energética norteamericana se empieza a expresar, sobre el resto del mundo, con toda su potencia.

Así, la RPC, después de varios meses de disputa durante los cuales el conflicto con EE.UU. se planteó en términos geopolíticos (reclamo de soberanía sobre el mar meridional de China y apoyo relativo a Corea del Norte) parece haber aceptado, en su relación con la primera potencia, las nuevas reglas de juego.

Estos acontecimientos confirman lo que habíamos señalado en esta misma columna meses atrás. La globalización, tal cual había sido diseñada, ha llegado a su fin, y en su lugar el mundo facilita la puesta en valor de los vectores nacionales en los nuevos modelos de desarrollo.

El nuevo orden internacional


Las dos primeras medidas de Trump, una vez llegado a la Casa Blanca, fueron en esa dirección. Retiró a los Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y decretó la renegociación del NAFTA con Canadá y México, en este último caso poniendo como condición inexcusable la mejora de los salarios y las condiciones de trabajo en el país azteca, para de esa forma evitar que las empresas estadounidenses se trasladen allí.

Asimismo, en su primer discurso en la asamblea general de las Naciones Unidas, en setiembre pasado, Trump sostuvo que su imperativo doctrinal, sintetizado en el lema "Norteamérica primero", no implicaba que EE.UU. quisiera estar solo. "Para mí estará siempre en primer lugar, como para cualquier dirigente responsable. Pero no queremos imponer nuestra forma de vida; no buscamos la expansión territorial, no pretendemos que todos los países compartan las mismas culturas, tradiciones o incluso sistemas de gobierno. Queremos naciones soberanas que trabajen juntas respetando los intereses de su propio pueblo y los derechos de cualquier otra nación soberana".

Sobre el final se preguntó: "¿Seguimos siendo patriotas? ¿Amamos a nuestras naciones lo suficiente para proteger su soberanía y tomar posesión de su futuro?".

Este nuevo modelo de funcionamiento, que puso fin tanto al orden surgido del Consenso de Washington a fines de los años ´80, como al rol de los organismos internacionales originados en los acuerdos de Bretton Woods, al final de la segunda guerra mundial (especialmente el que cumple la Organización Mundial del Comercio - OMC), obliga a nuestros países a repensar su inserción internacional.

Las circunstancias históricas generan la paradoja de que, mientras Estados Unidos (entre otros países), aplica políticas de administración del comercio internacional, privilegiando la generación de empleo en su territorio, al tiempo que propicia mejoras de salarios en uno de sus socios comerciales; la RPC en una extraña conjunción con sectores retrógrados, neoclásicos, y socialdemócratas, tanto europeos como latinoamericanos, persisten como los cultores del libre comercio.

La comprensión de este nuevo fenómeno requiere que, especialmente los dirigentes gremiales y empresariales, junto con los políticos y los especialistas en la temática, agudicen y amplíen los esquemas analíticos, despojándose de dogmatismos obsoletos.

"Nostalgias" y "Desencuentro", los tangos preferidos de Cambiemos


Mientras el mundo camina claramente en un sentido determinado, nuestro país lo hace en la dirección contraria. Tanto el presidente de la Nación, como sus referentes económicos, siguen sosteniendo con "Nostalgias", que Argentina debe intentar vivir en un mundo que ya no existe.

Siempre en el momento y lugar equivocados, resulta evidente que el gobierno nacional ignora las verdaderas oportunidades que en materia económica ofrece hoy el nuevo rediseño global. Por ello, como también lo señalamos oportunamente en esta columna, Macri decidió no concurrir a la mencionada Asamblea General de las Naciones Unidas, tal vez pensando que las ideas del presidente de la máxima potencia mundial son irrelevantes. Nos preguntábamos si estaría guiando el barco, nuestro país, hacia un puerto inexistente. Lamentablemente, parecería ser que sí.

En este sentido, la Argentina alcanzó en el período enero-octubre un saldo comercial negativo de u$s6.115 millones, con serias perspectivas de superar los u$s7.000 millones cuando finalice el año (cabe consignar que la proyección oficial para este año fue de u$s4.500 millones, por lo que resultaría errónea en más de un 50%). Este sendero se ve confirmando, siempre por las propias proyecciones oficiales presentadas en el presupuesto 2018, donde los déficits comerciales alcanzarían los 5.600; 6.000; 6.900 y 7.600 millones de dólares, para los años 2018; 19; 20 y 21, respectivamente.

Respecto de sus dos principales socios comerciales, Brasil y China, Argentina registró en 10 meses de este año, saldos comerciales negativos de u$s7.042 millones y u$s6.011 millones, los que resultaron 86% y 33% superiores a los de igual período del año anterior, respectivamente.

Mientras la primera economía del mundo, al igual que la mayoría de los países relevantes, se ocupan de sus saldos comerciales bi o multilaterales, a nuestro gobierno parece no preocuparle la temática.

Por el contrario, propicia la firma de tratados, como el de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, cuyo único interés parece ser el de beneficiar las exportaciones de origen primario, u organiza el "Undécimo período de sesiones de la conferencia ministerial" de la OMC, la reunión anual de ese muy cuestionado organismo en decadencia.

Muchas veces el arte interpreta la realidad de una manera sublime y sencilla. El tango "Desencuentro" reza en su comienzo "Estas desorientado y no sabés qué trole hay que tomar para seguir. Y en ese desencuentro con la fe, querés cruzar el mar y no podés".

La globalización y el "pensamiento único" del Consenso de Washington han fenecido, y en el mundo se adoptan políticas de protección de las economías locales. El desencuentro evidente ocurre entre las medidas que aplica el gobierno del presidente Mauricio Macri y los nuevos paradigmas de la actual etapa histórica mundial. Lo que equivale a desperdiciar la oportunidad de administrar, de acuerdo a los intereses nacionales, la velocidad de inserción internacional de los adecuados modelos de desarrollo local.

Le recomendamos, humildemente, al oficialismo que aproveche el haber obtenido la primera minoría en las últimas elecciones para adaptar sus visiones a la nueva realidad mundial. De otro modo, este experimento, como dice él tango, se convertirá en un "total fracaso de vivir", donde, seguramente, "ni el tiro del final te va a salir".


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lunes, 20 de noviembre de 2017

Recauda como liberal, gasta como keynesiano: la política del “después vemos”

Recauda como liberal, gasta como keynesiano: la política del “después vemos”


por Lic. Guillermo Moreno* Lic. Norberto Itzcovich* Dr. Claudio Comari*

La semana pasada se apareció en la oficina la tía que es “gorila”, pero que también gusta de charlar de los temas económicos porque “de eso, Guillermito sabe”. Con modo simpático y a la vez imperativo, reclamaba respuestas.

“A ver si me explican qué está pasando; escuché a los economistas que a mí me gustan y resulta que hay uno que habla de corralito, otro que recomienda comprar botes, el otro que dice que el Banco Central está quebrado; me están asustando”.

Nos pareció entonces que, sin dramatizar, debíamos pintarle el cuadro más aproximado posible. Y emulando a un economista, bien formado, que escribía sus artículos de divulgación conversando con su tía transcribimos, tan fielmente como pudimos, nuestra charla con la pariente contrera.

Le contamos que, cuando asumió el gobierno, pensábamos que iba a adecuar su comportamiento a la antigua consigna: “de que siempre hay que hacer lo que hay que hacer”.

Pero su modus operandi es otro
Hacia mayo de 2016, nuestra opinión era: “luego de seis meses de gestión macrista, se empiezan a agotar los plazos para definir el sesgo que tomará finalmente el gobierno. Durante estos meses hemos observado una política económica poco coordinada, e incluso acciones contrapuestas, entre un ala predominantemente desarrollista y la antagónica más liberal.

Mientras que la última, con el Presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, como expresión más visible de este enfoque, sostiene y promueve a través de voceros calificados medidas más drásticas que permitan disminuir aceleradamente el déficit fiscal (aun cuando implique tener que lidiar con las posibles consecuencias sociales que acarrearían), el sector más desarrollista, expresado principalmente por el Ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay, postula que se pueden hacer gradualmente los ajustes necesarios e ir financiándolos con emisión de deuda, desarrollando a su vez un proceso de atracción de inversiones.”

Creíamos entonces que el gobierno iba a buscar algún tipo de solución a los problemas (¡que es su obligación!), sin sospechar que se trataba del verdadero modus operandi de la alianza Cambiemos: no importa si algo no se resuelve o incluso se agrava; lo importante es salir del paso hoy.

Aumentemos la ganancia de un sector, aunque resignemos recaudación… después vemos
Al inicio del gobierno se duplicó el precio de la canasta alimenticia, producto de la devaluación del 60% de la moneda y la eliminación o disminución de retenciones a ciertas exportaciones. La licuación del poder adquisitivo de los ingresos populares (y su impacto a la baja en el mercado, vía la demanda), que desplomó la economía, pretendió ser reemplazada por el gasto público. Por un lado, recaudaban menos y por el otro gastaban más. La conclusión es obvia: iniciaron un sendero de duplicación del déficit fiscal.

Pero no se amilanaron. Porque consideraron que podían recurrir al crédito externo para su financiamiento.

Los dólares comenzaron a entrar y a gastarse, para lo cual había que transformarlos en pesos, pero estos aumentaban la emisión monetaria y con ello la inflación y encontraron otra solución mágica: quitar esos pesos del mercado (esterilización) utilizando las Lebac. Para lo cual tuvieron que pagar una enorme tasa de interés y entonces emergió el déficit cuasifiscal, que sumado al del Tesoro Nacional y las jurisdicciones subnacionales, nos acercan al 11% del PIB de este año, esto es alrededor de U$S60.000 millones, similar (en porcentaje) al que alcanzó el gobierno de Alfonsín previo a su colapso. Y entonces ahora ¿cómo estamos?, preguntó En este punto de la conversación, tratando de minimizar la angustia de la tía, tuvimos que reconocerle que ahí no terminaban los problemas. Porque los dólares ingresados por las diferentes vías (deuda externa, carry trade, etc.) más la persistencia del proceso inflacionario, habían licuado la teórica ganancia de competitividad externa generada por la devaluación, con lo cual nos encontrábamos al día de hoy con que, a los productores argentinos, salvo contadas excepciones, se les dificultaba vender sus mercancías en el mercado externo y competir con las que, más baratas, llegan desde el exterior.

Si esto le sumamos que tampoco hay mercado interno por lo citado más arriba, nos encontramos en un punto que, por falta de ventas, prácticamente no hay empresas que ganen plata.

¡Pero para eso van a hacer estas reformas nuevas!, sostuvo la tía
Y sí. Pero parece que no es todo tan fácil, contestamos. Pensaban que con la reforma laboral podían transferir ingresos desde los asalariados hacia las empresas, pero eso no resuelve los problemas de debilidad de la demanda, ni tampoco, salvo contadísimas excepciones, mejora la competitividad de las compañías. Encima, si se achican los ingresos de los asalariados, se cae más el mercado interno. Como era esperable, el proyecto generó la reacción de todos los dirigentes sindicales así que hay que ver la propuesta definitiva y cómo se da el trámite legislativo, pero aparentemente y, por suerte, mucho no van a conseguir por ese lado.

En cuanto a la “reforma tributaria”, hay que tener en cuenta que el sector privado, enfrenta a un mismo tiempo la disminución del consumo doméstico, la retracción de exportaciones y la competencia de la producción foránea y que la supervivencia de la actividad de las unidades económicas, en no pocos casos, ha sido a costa de la resignación de márgenes de comercialización.

Así llegamos al momento de la “reforma fiscal” que, en un principio, iba a ser de resultado neutro para el Tesoro.

Le contamos lo que habíamos señalado la semana pasada en esta columna: tal reforma no permitiría mejorar la competitividad de la producción local vía disminución de precios sino que, a lo sumo, podría auxiliar a las empresas a recomponer los márgenes perdidos. Claro que esto sólo aplica a quienes se les bajaba la carga tributaria, ya que, para que el resultado de las modificaciones sea neutro, otros debían sufrir aumentos de impuestos.

Sin embargo, la reforma significará profundizar el desequilibrio fiscal ya que, frente a empresas y mandatarios provinciales perjudicados por incrementos que hicieron oír sus justos reclamos, el gobierno comprometió su retracción.

¿Entonces quién pone la plata que falta?, inquirió nuevamente
Así fue que llegó el momento de las evasivas. ¿Para qué amargarla? Ninguno tuvo el coraje de explicarle que, todo indica, serán las jubilaciones y pensiones los próximos “patos de la boda” con los que el gobierno va a tratar de emparchar semejante descalabro. Y también con las transferencias al Tesoro de las ganancias contables no reales, del Fondo de Garantías de Sustentabilidad y de las utilidades del Banco Nación.

Antes de despedirnos la tía agradeció y, equilibrando la balanza de las mentiritas piadosas, nos dijo: “me voy más tranquila”, sin que mutuamente nos creyéramos.

La procrastinación como esencia


El gobierno parece estar enfocado sólo en la postergación de las manifestaciones de los problemas que no soluciona. Esta actitud, rayana en la insensatez, es la que impregna al conjunto de la administración; para mejorar algo el consumo, la ANSES y los bancos públicos entregan créditos indexados que las familias no podrán devolver ni las entidades cobrar, o se resiente el patrimonio del Banco Provincia con las promociones de 40% y 50% de descuento. Finalmente, alguien se ocupará de sanear las cuentas de las instituciones, pero en el futuro.

Ni siquiera la acelerada dolarización de carteras pareciera preocuparlos, como si desconocieran la tradición bimonetaria de nuestra economía.

Cuando tomamos nota de que el circulante en poder del público ronda los 600 mil millones de pesos, y que las Lebac superan los 1,15 billones de pesos, potencialmente monetizables, contra U$S30.000 millones en reservas de libre disponibilidad, la división algebraica de una sobre otra, que daría un tipo teórico de cambio, conmociona.

La apuesta gubernamental consiste, evidentemente, en posponer las expresiones de tan compleja situación, hasta el momento de endosarle a terceros los costos de su resolución.

Entonces nos resta observar el curso de los acontecimientos con la conciencia de que el actual gobierno no buscará soluciones de fondo, aun cuando ello implique agravar los problemas. Y también con la certeza de que el timing de la economía no necesariamente se subordina a los deseos de los gobernantes.

En ese marco, reflexionar en rededor de una posible crisis resultó inevitable. El ala joven de la mesa repitió la frase de moda de los gurúes: “si sucede conviene” o, como dicen en Oriente, “toda crisis es una oportunidad”.

Claro que los más adultos, no pudimos ignorar la definición que se usa en este hemisferio: hay crisis cuando todas las posibles salidas… son malas.

*MM y Asociados

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lunes, 13 de noviembre de 2017

La reforma impositiva en el palimpsesto de la economía

La reforma impositiva en el palimpsesto de la economía


por Lic. Guillermo Moreno* Lic. Norberto Itzcovich* Dr. Claudio Comari*

Resultaba una práctica común en la antigüedad, tanto en la cultura griega como en la latina, la reutilización de los papiros y pergaminos por razones de costo y accesibilidad. Las capas superpuestas de información en un mismo soporte material permitieron la supervivencia de valiosos textos como el Palimpsesto de Arquímedes, por caso. De la misma manera puede leerse la coyuntura económica en la que, si bien tienden a realzarse comunicacionalmente los indicadores de signo positivo, subyacen los trazos gruesos de las dificultades estructurales.

Uno de los tres ejes que el presidente Macri expuso en el marco de la presentación de los lineamientos generales de su política post elecciones, es el referido a la cuestión fiscal (los otros dos están constituidos por las temáticas del empleo, ya tratadas en esta columna, y de la llamada calidad institucional). Al respecto, el ministro Dujovne, presentó las modificaciones propuestas al régimen impositivo vigente.

En su análisis, es fácil advertir que la sustancia de la iniciativa oficial profundiza las inconsistencias de la política económica de este gobierno. Esto es así, ya que no avanza en la modificación de las condiciones que generan los crecientes déficits:

■ El fiscal (sector público nacional, provincial y municipal),

■ El cuasi fiscal (generado por la deuda del BCRA) y

■ El de la cuenta corriente de la balanza de pagos. En consecuencia, tampoco altera, en el corto y mediano plazo, el ruinoso entorno en el cual la actividad empresarial desarrolla sus negocios.

Condiciones “objetivas y subjetivas” al interior de las empresas
Estamos asistiendo a una situación extremadamente singular, tanto en los directorios o ámbitos decisionales de las unidades productivas, como en las estructuras dirigenciales de las cámaras y asociaciones que las agrupan, ya que, en tanto condiciones “subjetivas”, se observa una clara voluntad de acompañamiento a las políticas económicas gubernamentales, sin embargo, cuando inmediatamente se pasa revista a las condiciones “objetivas”, nos encontramos con un reclamo generalizado, debido a la muy baja o nula rentabilidad empresaria. Ambos enfoques podrían sintetizarse en la frase “hoy no ganamos plata, pero mañana… seguramente sí”.

En consecuencia, la reforma impositiva debería intentar aportar soluciones para corregir aquellas condiciones “objetivas”, lo que permitiría, de manera intertemporal, llevarlas a la convergencia con las “subjetivas”. ¿Será así?

La propuesta oficial en materia impositiva
El Gobierno adelantó algunos parámetros que enviará al congreso en las próximas semanas, disparando el debate. Si bien, dada la incompleta información disponible, es muy difícil analizar los impactos cuantitativos, sí es posible realizar un abordaje en el plano conceptual, enmarcado en lo que hasta ahora se conoce. Según los supuestos oficiales, la reforma tendría en principio un costo fiscal de 1,5% del PBI, aunque dado que la economía crecerá y bajará la evasión (siempre según esa perspectiva), ese guarismo se reducirá a apenas un 0,3%. Si ello ocurre, se trataría de una reforma impositiva casi neutra en términos de recaudación.

Una de las medidas más destacadas propone una reducción del Impuesto a las Ganancias corporativas, que pasará del 35% actual al 25% en el año 2021, bajo la condición de que no se distribuyan dividendos. Además, se buscará disminuir la carga de los denominados “tributos en cascada”, tales como el impuesto a los créditos y débitos bancarios (comúnmente denominado al cheque, que se podrá tomar a cuenta de ganancias) y a los ingresos brutos. En este último caso (que constituye una de las principales fuentes de ingreso jurisdiccional), se promueve su reducción a la mitad.

Cabe mencionar que la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, junto con Mendoza y Córdoba, ya incluyeron en sus proyectos de presupuesto 2018 importantes reducciones del impuesto a los Ingresos Brutos y Sellos. Sin embargo, la compensación llegará por el aumento en otros tributos, como sería el caso de una suba en el inmobiliario urbano y rural. Se implementará un régimen que devuelve el crédito fiscal de IVA a las empresas que hayan realizado inversiones y no lo recuperen en un lapso de 6 meses.

Respecto del impuesto a la renta financiera obtenida por personas físicas residentes en el país (las personas jurídicas ya lo pagan), se someten a imposición a determinadas ganancias actualmente exentas. La alícuota será del 15% para rendimientos provenientes de instrumentos en moneda extranjera o indexados, y del 5% para los de renta fija en pesos sin cláusula de ajuste.

Resulta insólito que, dado el actual diseño de política monetaria, la posible mayor recaudación de este impuesto por parte del Tesoro Nacional ya lo comenzó a pagar el BCRA, a través del incremento de las tasas de interés que ofrece para tomar deuda.

Por otra parte, se elimina el Impuesto a las transferencias de inmuebles, aunque ello se compensa con la extensión de “Ganancias” a la venta de una segunda vivienda. También el gravamen a autos y motos de gama media y alta.

En relación a los impuestos internos, se incrementan de manera gradual para el whisky, el coñac y otras bebidas blancas, desde el 20% actual hasta el 29%. En el caso de las gaseosas en general y otras bebidas sin alcohol con azúcar agregada, se incrementará el impuesto desde la franja actual (4% al 8%), hasta llevarlo al 17%. En contrapartida, las gaseosas sin azúcar añadida no pagarán impuestos internos.

Adicionalmente, se reducen a cero los gravámenes para los teléfonos celulares, televisores y monitores (en este acápite se incluye un etcétera referido a otros productos electrónicos que por ahora no están definidos), lo cual impactaría de manera negativa sobre la producción y el empleo en la provincia de Tierra del Fuego, por el obvio reemplazo por bienes importados.

Esta transferencia de ingresos provocó la reacción tanto de las autoridades de las provincias que se sienten perjudicadas, como de los representantes de esas actividades.

En otro aspecto, se modifica el impuesto a los combustibles para que las fluctuaciones en el tipo de cambio y en el precio internacional del petróleo pierdan influencia sobre los precios locales. Así, el monto ingresado en concepto de este impuesto tendrá dos valores de suma fija (uno por emisiones de dióxido de carbono y el otro establecido de manera tal que no altere la carga tributaria actual). Inicialmente afectará a los combustibles líquidos y a partir del 2020 se aplicará sobre el carbón y el gas natural y licuado de petróleo.

Finalmente, se aumenta la deducción especial en el Impuesto a las Ganancias para trabajadores autónomos de manera tal de reducir el diferencial que existe con los empleados en relación de dependencia.

Mucho ruido y pocas nueces
Sabemos que el precio de venta de cualquier bien o servicio ofertado en el mercado tiene tres grandes componentes: los costos totales, el margen aplicado sobre éstos, y el impositivo. Y también, que uno de ellos, el margen, como lo señalamos más arriba, en la actualidad tiende a ser muy exiguo o nulo para la inmensa mayoría de los emprendimientos.

Si se pretende que la reforma impositiva implique una mejora en la competitividad de nuestros productos, vis a vis los precios internacionales, sus precios de venta tendrían que tender a la baja.

Con un alto grado de certeza, podemos afirmar que lo que ocurrirá, una vez que entre en vigencia la nueva propuesta impositiva, es que se modificará la participación proporcional de cada uno de los componentes al interior del precio de venta, pero no este último. Con lo cual, claramente, tal redistribución solo permitirá que emerja o se recupere el margen empresarial.

Desde la perspectiva de la demanda, la posible disminución de los ingresos populares (producto de una pretendida negociación a la baja de todos los ítems que tipifican el ingreso por sueldos y salarios), repercutirá en el deterioro del deprimido mercado interno.

Paralelamente, al no haber una disminución de los precios de venta de los bienes y servicios transables internacionalmente, se ve dificultada la profundización de los mercados ya existentes y la inserción en los nuevos.

Todo ello coadyuva a mantener y/o incrementar las inconsistencias de la política económica vigente, agudizando la situación fiscal (a menos que se asuman las consecuencias del ajuste), sin tender, a su vez, a solucionar el déficit creciente de la balanza comercial.

Finalmente, ante el panorama descripto, resulta claro que no se modificarán las inconsistencias evidentes de la actual política económica, ni tampoco las condiciones para generar el incremento de la inversión y las ganancias de productividad; a lo sumo, la reforma permitirá la recuperación de ciertos márgenes empresariales, situación que decididamente se obtendría si asistiéramos a un correcto diseño funcional de la economía argentina. Entonces, cabe preguntarse:

¿Vale la pena someter a la sociedad a la tensión del debate político, académico, técnico, y de intereses que se ha desatado en torno de la actual propuesta de reforma impositiva?

* MM y Asociados

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lunes, 6 de noviembre de 2017

La reforma laboral y su contexto

La reforma laboral y su contexto

Los cambios propuestos no apuntan a los objetivos de aumento de empleo y cualificación. No se ofrecen estímulos a la creación de nuevos puestos sino facilidades para tercerizar y abaratar los despidos

por Lic. Guillermo Moreno, Dr. Claudio Comari y Lic. Norberto Itzcovich *

Con aires y gestos no exentos de pompa, el Gobierno Nacional relanza su gestión, luego de la oxigenación política obtenida en los pasados comicios. El remozamiento incluye tanto cambios en el elenco de ministros, entre los que se destaca el ingreso del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, en la titularidad de la cartera de Agroindustria, como la presentación de nuevas iniciativas.

En el acto convocado la semana pasada en el Centro Cultural Kirchner y frente a una nutrida concurrencia que reunió a mandatarios provinciales, legisladores, magistrados, y dirigentes políticos, empresariales y sindicales, el Presidente de la Nación leyó su discurso, en el que presentó los lineamientos prioritarios de la acción gubernamental. En la ocasión, no se privó de afirmar “somos la generación que está cambiando la Argentina para siempre”. Sólo el devenir histórico mostrará cuánto de cierto podría tener tan ampulosa afirmación.


Los tres ejes


En palabras del primer mandatario, que a su vez dieron nombre y carácter a la convocatoria, se trata de las “propuestas para promover un acuerdo nacional”, las que se desarrollan en tres ejes principales: la cuestión fiscal, la del empleo y la de la llamada “calidad institucional”. Al momento de escribir el presente artículo, no se conocen con precisión las propuestas definitivas, aunque las relativas a las modificaciones de los regímenes impositivos fueron presentadas, en sus grandes trazos, por el ministro Nicolás Dujovne, y serán objeto de análisis en próximas entregas.

Sí existe una propuesta concreta de modificación de regulaciones en materia laboral y previsional, que hasta la fecha reviste el carácter de borrador (lo que implica que puede ser modificada o incluso sustituida), que amerita ser considerada. Previo a ello, conviene repasar las actuales condiciones del mercado de trabajo.


El mercado de trabajo y las inconsistencias en su registración


Amén de las inconsistencias del esquema económico que hemos señalado repetidamente, ellas también aparecen en el seguimiento del mercado de trabajo. En este aspecto, existen, por una parte, las derivadas de los registros administrativos, que conllevan la limitación de la ausencia de cobertura del trabajo no registrado. Y por otra parte, los relevamientos sistemáticos del INDEC que, en la actualidad sólo alcanzan a 31 grandes aglomeraciones urbanas, excluyendo tanto al resto de la población urbana como a la totalidad de la población rural.

La inconsistencia de las estadísticas de registro, para mejor ilustración, se ejemplifica con las cifras oficiales que están publicadas en los distintos informes basados en las nóminas gubernamentales. El último informe disponible de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ofrece las cifras relativas al mes de marzo de 2017, razón por la que las comparaciones de los reportes referirán a dicho período. Según la autoridad tributaria, el número de personas registradas, identificadas bajo la categoría “aportantes”, alcanza a 10.173.540.
Para el mismo período el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), presenta dos informes. En el primero de ellos, denominado “Boletín Estadístico de la Seguridad Social“, registra 11.733.837 aportantes para el mes bajo examen; en el segundo, llamado “Situación y evolución del total de trabajadores registrados”, la cantidad de trabajadores inscriptos asciende a 12.117.700. Como es fácil de apreciar, las discordancias son de magnitudes millonarias, no sólo entre organismos sino también entre los informes de una misma institución.

Explicitadas las incongruencias, pasamos a revisar la dinámica que refleja este último informe en la versión correspondiente al mes de junio de 2017, para su posterior comparación con los datos de las encuestas. De acuerdo a esa estadística, la cantidad de empleos existentes, siempre en referencia a personas inscriptas en los registros, sería en la actualidad mayor al número observado en noviembre de 2015, en más de 123.000.

Como podrá observarse en la tabla que se presenta a continuación, se registran incrementos en las categorías asalariados públicos (+37.300), Asalariados de casas particulares (+20.100), Independientes monotributo (+78.800) e Independientes monotributo social (+44.000). Los decrecimientos se registran en las categorías Asalariados privados (-49.300) e Independientes autónomos (-7.700).



En resumidas cuentas: las categorías más típicas de la registración en el empleo privado (Asalariados privados e Independientes autónomos) presentan caídas; las categorías asociadas al empleo en el sector público son las que crecen: los Asalariados públicos y los Independientes monotributo social (forma de registración de las personas incluidas en programas sociales). La excepción pareciera ser la de la categoría Independientes monotributo, cuya dinámica de crecimiento es coincidente con la eliminación de la restricción al acceso al sistema de asignaciones familiares. De manera que, el crecimiento del número de personas inscriptas pareciera explicarse por el aumento en el empleo público y los planes sociales (+81.300 en total) y por la inscripción de monotributistas, que no necesariamente implica la creación de nuevas posiciones, sino más bien expresa un proceso de registración de puestos prexistentes, bajo el incentivo de la posibilidad de cobro de asignaciones familiares.

La fuerza de trabajo registrada y no registrada


El seguimiento de los niveles de actividad, ocupación y desocupación y otros indicadores para todos los trabajadores independientemente de su registración o no, debe realizarse a través de encuestas. Como mencionáramos, la limitación de la encuesta oficial de la Argentina -Encuesta Permanente de Hogares (EPH)- es que su administración se restringe a los 31 aglomerados urbanos que integran el estudio.
El más reciente informe sobre la evolución del mercado de trabajo del INDEC, referido al segundo trimestre de 2017, destacó que la desocupación alcanzó al 8,7% de la población económicamente activa (PEA) residente en las aglomeraciones urbanas abarcadas. Respecto a los períodos anteriores correspondientes a la actual gestión de gobierno, la cifra marca un decrecimiento, aunque concomitante con la disminución (en términos absolutos y relativos) en el tamaño de la población económicamente activa medida por el organismo oficial.
Para el segundo trimestre de 2017, la PEA representaba al 57,4% de la población de 14 y más años de edad –asimilable al concepto de población en edad de trabajar (PET)-, mientras que en el tercer trimestre de 2015 alcanzaba al 57,9%. En cuanto a la tasa de empleo, la reducción es de 1,3 puntos porcentuales (p.p.), descendiendo de 53,7% a 52,4%.

Dados los límites de cobertura de la encuesta oficial, las magnitudes para el total del país deben ser estimadas a partir de modelos, para lo cual tomamos como período base el mencionado tercer trimestre de 2015. De acuerdo a las proyecciones demográficas, y aplicando las variaciones detectadas en EPH a tasas específicas para las poblaciones no observadas, una reducción de aquella magnitud en la PEA (de 5 décimas de p.p.) significa que la cantidad de personas activas se incrementó en alrededor de 300 mil, una magnitud significativamente inferior al crecimiento esperado ya que, de mantenerse la participación en la fuerza de trabajo de 2015, el aumento debiera haber sido cercano a las 470.000 personas.


En lo que respecta a la baja en el empleo (de 2,1 p.p.) el resultado es que hay 267.000 personas menos ocupadas en 2017 que las que había dos años atrás; para mantener la tasa de empleo equivalente a la de 2015, haría falta que 710.000 personas más estuvieran ocupadas. De las cifras oficiales presentadas en cuanto a personas activas y personas ocupadas, finalmente se deduce que el número de desempleados sólo se incrementa, entre 2015 y 2017, en alrededor de 565.000, centralmente por el efecto de la reducción de la tasa de actividad; si ésta se hubiera mantenido en los niveles de 2015, la cifra de nuevos desocupados ascendería a 710.000.

A pesar de lo controversial de los datos contenidos en los diversos reportes oficiales sobre la situación del mercado de trabajo, emerge con nitidez que la situación es de notorio deterioro respecto a la de dos años atrás. No deja de ser llamativo que, en un contexto de pérdida de puestos de trabajo, la población económicamente activa se contraiga. Ante la pérdida de las ocupaciones prexistentes, el efecto esperable es el contrario: la PEA tiende a crecer dado que pasan a buscar trabajo, además de las personas que no conservan su puesto, algún otro miembro del hogar hasta el restablecimiento de la fuente de ingresos perdida. Es decir que la persona no ocupada permanece en la PEA y los restantes integrantes del grupo familiar se incorporan como nuevos oferentes.

El borrador de reforma laboral
La extensión del borrador y la diversidad de temas abordados en los 145 artículos que contiene, obligan a seleccionar lo que, a nuestro criterio, constituyen los principales temas. En primer término, el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) propone medidas tendientes a la regularización de los asalariados no registrados del sector privado, con exclusión del personal bajo el régimen de casas particulares, que representan alrededor del 25% de los “trabajadores en negro” según las encuestas oficiales de fuerza de trabajo. El proyecto dispone la eximición o reducción de multas y deudas (tanto capital como intereses) y la extinción de las acciones penales para los infractores, si el acogimiento al régimen de regularización se produce dentro de los 360 días. Si bien inicialmente ello puede suponer un costo fiscal de importancia, podría verse compensado por el incremento en la recaudación logrado a partir de la mayor registración.

Desde el punto de vista del trabajador, se establece la posibilidad de reconocimiento, a los fines de la seguridad social, de hasta 60 meses de antigüedad y calculados sólo por un monto mensual equivalente a un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM), limitante que podría afectar los futuros haberes jubilatorios. El proyecto cambia también las penalidades en los casos de no registración, disminuyendo los costos de las multas (25% del SMVyM) y dirigiéndolo sólo a la Seguridad Social. En la ley vigente, el infractor debe reparar al trabajador en proporción a las remuneraciones devengadas. En el título II del borrador, se establecen bajas en las contribuciones patronales al sistema de seguridad social, al igual que respecto a los aportes del trabajador.

Los aspectos que seguramente serán más controversiales son los que modifican las relaciones individuales de trabajo y están contenidos en el tercer título. Las disposiciones no alcanzan a trabajadores de casas particulares, agrarios y a los “trabajadores autónomos económicamente dependientes”, novedosa figura del proyecto y similar a la de la nueva legislación brasilera.
Esta última figura, definida como las “personas que presten servicios especializados, realizando una actividad económica o profesional a título oneroso, de manera habitual, personal y directa, para una persona física o jurídica de la que dependan económicamente hasta el OCHENTA POR CIENTO (80%) de sus ingresos anuales, quienes se regirán por una regulación estatutaria especial.” Esta figura sin duda facilita el enmascaramiento de relaciones de dependencia, especialmente si los trabajadores cuentan con otra fuente de ingresos no laborales. En conjunto con el capítulo III de este título, que permite que el trabajador independiente cuente con hasta cuatro “trabajadores independientes colaboradores”, podrían constituir un incentivo a la tercerización de tareas y responsabilidades.

En la misma línea se sitúa la extinción de la responsabilidad solidaria de la empresa principal en los casos de subcontratación y delegación. Otros aspectos que cambian el modo de ejercicio de los derechos laborales, se encuentran en la posibilidad que se otorga al empleador para la modificación de jornadas y condiciones de trabajo, especialmente en la creación de los “bancos de horas” que permitirían compensar a lo largo del año las extensiones de jornadas reduciendo así el pago de horas extras. En idéntico sentido se modifican las condiciones de los contratos a tiempo parcial.

Otro cambio notable es el que se promueve respecto a las indemnizaciones por despidos sin causa. Para la determinación del monto de la indemnización se excluirán todos los conceptos (aguinaldo, horas extraordinarias, premios y bonificaciones, etc.) diferentes del sueldo, abaratando sensiblemente los costos de las desvinculaciones. Asimismo, mediando el acuerdo de los sindicatos, podrían establecerse “fondos de cese” para que asuman los pagos de las indemnizaciones que correspondieren, liberando al empleador de la carga directa del pago.Como dijimos, el proyecto es muy extenso y razones de espacio nos obligan a priorizar los aspectos destacados. Hemos eludido todos los capítulos destinados a los programas de formación continua que, si bien presentan aspectos prometedores, también alientan programas de pasantías que no requieren de la intervención de las instituciones educativas, facilitando la sustitución de empleados por “pasantes”.

Los resultados esperables
Resulta difícil vincular las disposiciones del proyecto con los declamados objetivos de aumento del empleo y su cualificación. Los incentivos a la registración del régimen de regularización mejoran la calidad del vínculo laboral, pero no se ofrecen estímulos a la creación de nuevos empleos, salvo que así se considere a las mayores facilidades para la tercerización y el abaratamiento de los despidos. También se deriva una importante afectación de los sistemas de Seguridad Social, aunque se prevé serán compensados por el Tesoro Nacional.
El itinerario de esta reforma recién comienza y no será necesariamente corto ni exento de dificultades. Faltan escuchar las opiniones de los principales involucrados: las organizaciones de los empresarios y de los trabajadores, de quienes se espera un especial y determinante protagonismo. El jefe del bloque de la oposición en el Senado de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, ya adelantó que su fuerza estaría dispuesta a “avanzar en lo que los sindicatos acompañen”, mientras que la Confederación General del Trabajo, al tiempo que suspendió las reuniones previstas con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, inició una ronda de consulta entre los cuerpos orgánicos de las organizaciones que la componen, de la que surgirán los lineamientos de acción frente a la iniciativa gubernamental.


*MM y Asociados


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Entrevista en "Wake up team"