lunes, 28 de agosto de 2017

Un presente de inconsistencia macroeconómica con estancamiento



Un presente de inconsistencia macroeconómica con estancamiento

Lic. Guillermo Moreno*
Dr. Claudio Comari*
Lic. Norberto Itzcovich*
Especial para BAE Negocios



No son pocos los analistas políticos y económicos que, a la hora de caracterizar el desarrollo de la coyuntura económica a lo largo del último año y medio, han apelado a la hipótesis de la incertidumbre política para explicar el porqué de los sucesivos aplazamientos de la lluvia de inversiones y del consecuente despegue de la actividad del ”segundo semestre“.

Aunque es imposible discernir en qué grado se combinan las genuinas creencias con la intencionalidad de incidencia política, lo cierto es que, ya sea de forma tácita o explícita, el análisis de las causales del estancamiento económico tiende a situarse en las variables exógenas. Pareciera ser que, pese al supuesto virtuosismo de la propuesta económica gubernamental, la incertidumbre sobre su continuidad en el mediano plazo se impone sobre el entusiasmo; el desaliento que produce la amenaza del ”retorno del populismo“ lleva a los agentes económicos a desertar de todo compromiso relacionado con invertir, sostener los niveles de empleo e, incluso, cumplir con las obligaciones fiscales.


Claro es que la política y la economía constituyen territorios íntimamente imbricados cuyas interrelaciones ya hemos mencionado en esta columna. Sin embargo, y tan cierto como lo que antecede, la susceptibilidad del funcionamiento económico respecto al ámbito de la política es tanto mayor cuanto más débil es la economía.

La volatilidad manifestada en los mercados bursátiles y financieros en el período pre y post electoral, sólo podría atribuirse a interferencias devenidas de la contienda política, si no estuviéramos atravesando un contexto de inconsistencia macroeconómica con estancamiento.


Que aumenten los salarios de los trabajadores mejicanos
La decidida apuesta del gobierno por ”volver al mundo“ se encuentra con un paisaje vacío equivalente al de llegar a una fiesta cuando ya están barriendo el salón; la globalización y la hegemonía del Consenso de Washington han fenecido y en el mundo se empiezan a adoptar las medidas de protección de las economías locales que aquí se desprecian. No faltan las paradojas en este desencuentro con la etapa histórica de la economía global; los EE.UU. no sólo entornan sus puertas a los productos importados sino que, en la redefinición del NAFTA, la solución buscada es la del aumento de los salarios: ¡de los trabajadores mejicanos!

El Gobierno obtuvo en las PASO la misma cantidad de votos que en la primera vuelta de 2015

Más allá de las felicitaciones y palmadas, los ejemplos de las exportaciones de limones y biodiesel e importación de carne de cerdo muestran el verdadero rostro del comercio mundial de hoy: pocos compradores y demasiados vendedores.

En la coyuntura, ello se patentiza en el persistente déficit en el intercambio de bienes, que ya superó los U$S3.400 millones y se incrementará hasta rondar los U$S5.000 millones a fines de 2017; a ello debe agregarse el originado en el intercambio de servicios y las divisas necesarias para la atención de los dividendos, regalías y servicios de la deuda externa.

El faltante de dólares para la resolución de este déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, será de alrededor de U$S24 mil millones a lo largo de 2017.

En tanto el set de precios relativos vigente, vis a vis con los del resto del mundo, impide que dicha brecha pueda cerrarse en el marco de la cuenta corriente mencionada, las resoluciones planteadas son el aumento de la inversión (esperanza del gobierno) o el endeudamiento (realidad presente) en moneda extranjera.

Perspectivas de la inversión
La inversión (extranjera o de residentes locales) mediante la utilización de dólares en volumen suficiente, podría cerrar (parcial o totalmente) el déficit mencionado de algún año. Incluso aportaría a la restitución del equilibrio en plazos más largos si su destino fueran proyectos que incrementen el ingreso de dólares comerciales a la economía local a través de la exportación de bienes o servicios.

Ahora bien, vale preguntarse cuál razón tendría más peso para determinar la ”llegada“ de esas inversiones ¿la rentabilidad esperada de los proyectos o el resultado de una elección legislativa?

La rentabilidad de los proyectos de inversión en el mercado local, en general, dejan mucho que desear para suponer que es posible que se produzcan en un nivel tal que cierren dicha brecha.

Ello es producto, entre otras causas, de que la recuperación del mercado interno ofrece límites evidentes dada la dificultad de ampliar el consumo de vastos sectores poblacionales. El incremento en el precio de los alimentos (que la eliminación de las retenciones y la revaluación cambiaria determinaron), sumado a los aumentos en consumos básicos como las tarifas y otros servicios públicos, ha modificado la estructura de los presupuestos familiares, limitando la capacidad de gastos en bienes o servicios no esenciales.

Las expectativas de adecuados retornos a la inversión quedan entonces moderadas tanto por la imposibilidad de profundizar en los actuales mercados externos o conquistar nuevos, como por las limitantes del mercado interno, agravado a su vez por los estímulos que el gobierno y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) otorgan a aquellos que orientan sus excedentes al financiamiento del déficit fiscal y cuasifiscal.

Los fondos captados mediante diferentes instrumentos públicos son los mismos que debieran dirigirse a la inversión.

Cualquiera sea el resultado de la elección de octubre, no se insinúan mejoras en el contexto que permitan anticipar el necesario aumento en la formación de capital.

El camino del endeudamiento
En el ”mientras tanto“ (que ya lleva dieciocho meses), el endeudamiento en moneda extranjera ha permitido no sólo proveer a la economía de los dólares necesarios, sino también financiar simultáneamente el cuantioso déficit fiscal. Ahora bien, este mecanismo no puede ser eterno: tarde o temprano habrá escasez de prestamistas.

Por ahora nuestro país, no sólo genera menos dólares de los que gasta, sino que las diferentes instancias de gobierno (principalmente el Poder Ejecutivo Nacional) tampoco logran conseguir los pesos que el estado requiere para sus gastos domésticos, por lo que la proyección del déficit fiscal consolidado (Nación, Provincias y cuasifiscal del BCRA) indica que orillará el 11% del Producto Interno Bruto durante 2017.

El endeudamiento en moneda extranjera por parte del gobierno nacional ha permitido hasta hoy complementar la disponibilidad de dólares requeridos por el propio sector público y el sector privado.

Todo ello implica, como mencionamos, que el sector público finalmente compite con el privado en la captación de los excedentes. El resultado, hasta hoy, ha sido que el financiamiento de las cuentas públicas ha prevalecido por sobre la inversión privada como destino.

Conclusión
El resultado de las elecciones PASO muestra que el gobierno obtuvo -aproximadamente- la misma cantidad de votos que en la primera vuelta de las presidenciales de 2015, sin sufrir fugas del tipo ”voto castigo“ ni ampliar su base de sustentación. Presentado como un triunfo del oficialismo derivó, en lo inmediato, en una recuperación de la bolsa de valores y una mayor oferta de dólares del sector privado. Sin embargo, ninguno de los obstáculos mencionados fue removido; tampoco lo hará ningún otro resultado.

Más allá que, fundadas en las contingencias políticas, pudieran existir prevenciones entre los agentes económicos, el verdadero basamento del estancamiento es la inconsistencia del esquema macroeconómico, que perturba el normal desempeño del mundo de los negocios.

*MM y Asociados


Ver en el diario